La Geometría Sagrada 



1.- ¿Por que una Geometría Sagrada?

Esta pregunta puede parecer muy apropiada en un ámbito cotidiano. ¿Qué puede tener de sagrado la geometría?

Efectivamente todos hemos aprendido que la geometría, en términos básicos, es una rama de las matemáticas que estudia la lógica de las formas en el espacio, ya sea bidimensional o tridimensional. Es decir, trabaja y explica problemas concretos de la forma. En la vida práctica la geometría presta una gran utilidad para medir las tierras y para poder analizar y comprender las obras concretas que realiza el ser humano (puentes, acueductos, edificios, etc.).

Por otro lado el término sagrado nos sugiere una dimensión espiritual o moral que se inserta en la evolución del ser humano, con una proyección trascendente. Es decir, como lo contrario a lo profano y al rol cotidiano y práctico de nuestras vidas.

A primera vista la geometría, en su dimensión arquetípica, nos parece que tiene más que ver con el mundo práctico y cotidiano, porque es ahí donde presta su real utilidad. Entonces, ¿cómo es que podemos instalarla en una dimensión espiritual y trascendente?

De modo de poder sumergirnos en esta disciplina, es necesario comprender que vamos a trabajar con nuestra dimensión racional al mismo tiempo que lo hacemos con aquella espiritual y con nuestra intuición. Es decir, estaremos alternando entre nuestro hemisferio izquierdo y el derecho.

La Geometría Sagrada es un conocimiento que se remonta a los inicios de los tiempos, viene de épocas ancestrales, y es probable que no se puedan encontrar sus orígenes, aun cuando se pueden registrar rastros de ésta en diversas civilizaciones, como la Egipcia, la Maya, la Hindú, las comunidades Neolíticas, por mencionar sólo algunas. Las preguntas que surgen son:

• ¿Qué buscaban aquellos que dejaron las huellas que nos permiten identificar una Geometría Sagrada?
• ¿Cómo y de quién o de quiénes recibieron este conocimiento?

Ha habido muchos estudiosos que se han hecho estas preguntas y que han logrado estructurar un campo de conocimiento y experimentación que ha permanecido oculto por mucho tiempo. Desde Platón, pasando por Fra Luca Pacioli, Leonardo da Vinci, Leonardo de Pisa, Matila C. Ghyka, hasta los actuales físicos cuánticos y estudiosos espiritualistas como Drunvalo Melchizedek o artistas como Charles Gilchrist, el artista, matemático y geómetra George W. Hart y muchos otros que nos han permitido ir descubriendo y develando el misterio que hay detrás de la Geometría Sagrada.

La enseñanza que nos han dejado nos permite comprender que la Geometría Sagrada es un conocimiento que contiene el patrón de crecimiento, evolución, expansión y desarrollo de todo lo manifestado, lo que, de alguna manera, nos revela los orígenes del tejido del universo. Como patrón de crecimiento, podemos decir que se trata de una forma abstracta de razonamiento y como tal se puede aplicar no solo a procedimientos y fenómenos concretos, naturales y empíricos, sino que también a realidades conceptuales, abstractas e incluso espirituales.

En este contexto no se puede dejar de mencionar la estrecha relación que existe entre lo sagrado de la geometría con lo sagrado de los números. Esta se manifiesta a través de las series numéricas y las relaciones y razones numéricas existentes en las proporciones de las partes componentes de las entidades geométricas, las cuales expondremos más adelante. Podríamos decir que la geometría traza el despliegue de los números en el espacio, realizando un viaje o un camino desde el simple punto, pasando por la línea y llegando al plano, para luego entrar a la tercera dimensión y eventualmente trascenderla, para luego retornar al punto nuevamente. En otras palabras se trata de una disciplina que incursiona en las leyes de ordenación del universo y de la huella digital de la creación. A través de proporciones, patrones, sistemas, códigos y símbolos, establece las bases tanto de la creación natural (el universo, la materia, los organismos vivos y su ADN) como de las re-creaciones humanas: el arte, la arquitectura, el diseño, la ciencia, la física, la música, la cábala, las matemáticas, etc. A través de estas últimas, el hombre hace de creador e intenta acceder a niveles superiores de consciencia, entendimiento, conocimiento o sensibilidad que lo conecten en forma creciente con la vastedad que lo rodea. Y esto lo logra cuando basa su creación – consciente o inconscientemente - en la Geometría Sagrada, obteniendo así lo que G.I. Gurdjieff llamaba ‘arte objetivo’:

“El arte oriental es preciso, matemático, sin manipulaciones. Es una forma de escritura… Por ejemplo, tomemos la arquitectura. He visto algunos ejemplos de arquitectura en Persia y Turquía; por ejemplo, un edificio de dos habitaciones. Todo aquel que entraba a estas habitaciones, ya fuera viejo o joven, inglés o persa, lloraba… El resultado era siempre el mismo. Con estas combinaciones arquitectónicas, las vibraciones calculadas matemáticamente contenidas en el edificio no podían producir otro efecto. Estamos bajo ciertas leyes y no podemos resistir las influencias externas. Como el arquitecto de este edificio tenía una comprensión diferente y construyó matemáticamente, el resultado era siempre el mismo. Hicimos otro experimento. Afinamos nuestros instrumentos musicales de un modo especial y combinamos los sonidos de tal manera que aún trayendo a los transeúntes casuales de la calle obtuvimos el resultado que queríamos. La única diferencia era que uno sentía más, otro menos. Supongamos que llega a un monasterio; usted no es un hombre religioso, pero lo que tocan y cantan allí evoca en usted el deseo de orar…. Y así sucede con todos. Este arte objetivo está basado en leyes...”

(Extractado de “Perspectivas desde el Mundo Real”, Ed. Hachette, Argentina, 1977, págs. 164-165).

Como verán, se trata de incursionar en un recorrido donde los números se despliegan desde un espacio bidimensional en una superficie plana y luego en un espacio tridimensional. Este proceso ha generado un lenguaje universal cuya carga simbólica trasciende fronteras y épocas en el tiempo, y que es el vínculo axiomático sine qua non para una correspondencia entre lo grande y lo pequeño, entre arriba y abajo, según la Ley de Analogía. Este recorrido es el camino de toda realidad manifestada desde su punto inicial de creación hasta su retorno al origen.

“Los practicantes de la geomancia se interesan en la Geometría Sagrada porque es el estudio de la manera en que el espíritu se integra a la materia, a través de amplificar y resonar la geometría de la naturaleza y los movimientos planetarios, logramos alinear la resonancia del cuerpo/mente/espíritu con la frecuencia armónica de lo superior y lo inferior.

También están interesados en la Geometría Sagrada porque se ha descubierto que ciertos espacios con proporciones especiales, permiten al individuo vibrar en una frecuencia apropiada que le permite maximizar la posibilidad de conexión con el Unico.”

(Extractado del artículo “Why Sacred Geometry” from Mid – Atlantic Geomancy.)
www.bibliotecapleyades.net/geometria-sagrada

2.- El origen y el Génesis.

2.1.- El vacío.
Antes de comenzar con el primer elemento manifestado, intentaremos imaginar el espacio vacio (fig. 1) en el cual aun no existe nada y se constituye como el principio de la creación. Es aquel espacio infinito y plenipotencial en el cual se penetra en la meditación cuando logramos acallar la mente y entramos en el vacío, que es como estar flotando en ninguna parte y que sólo es invadido por una luz blanquecina.



Fig. 1 El vacío


2.2.- El punto
En este espacio aparece un simple punto (fig. 2) que será nuestro primer arquetipo que conforma la primera dimensión. Este representa la consciencia de unidad, la mente divina e indivisible. Es donde comenzamos nuestro camino, desde donde iniciaremos nuestra misión para luego retornar al punto que es la raíz absoluta del concepto mental y el que, del mismo modo, es la raiz del pensamiento holístico. Para nosotros es el punto de síntesis que brota del tercer ojo en la glándula hipófisis en el cerebro.



Fig. 2 El punto


2.3.- Los dos puntos.
Del universo unidimensional pasamos al bidimensional donde la unidad se transforma en dualidad. Ocurre este gran milagro y misterio donde el punto aislado se divide y se transforma en dos puntos que dan paso a la segunda dimensión (fig. 3). A partir de esta instancia nos vemos enfrentados a la primera dualidad que genera un espacio medible. Aparece una relación espacial dentro de la cual podemos habitar y desplazarnos.



Fig. 3 Dos puntos


2.4.- El radio y el arco.
Desde el momento que podemos desplazarnos, damos origen a una línea. Es el movimiento entre el primer y segundo punto, es decir la línea recta entre los puntos A y B. Este primer movimiento que se traslada entre estos dos puntos da origen al radio (Fig 4), el cual representa el arquetipo masculino. A continuación se manifiesta un movimiento de rotación donde el punto B gira en torno al punto A configurando el arco (fig. 5), que representa el arquetipo femenino. Es el origen de la dualidad radio/arco de la cual se genera todo camino posterior. Con propiedad podemos llamarlo el movimiento raiz.
A partir de éste se despliega todo el concepto de dualidad:
• Ying y Yang
• Luz y oscuridad
• Izquierda y derecha
• Arriba y abajo
• Adelante y atrás
• Madre y padre
• Etc.
El juego radio/arco etablece todas las energías del universo.



Fig. 4 El radio





Fig. 5 El arco


2.5.- El circulo.
El arco continuará girando a partir del punto B en torno al punto A hasta volver a retornar al punto B desde donde comenzó a girar. Este movimiento da origen a la primera forma cerrada de la Geometría Sagrada. El círculo es una manifestación bidimensional de la Mente Divina e indivisible. Además representa un movimiento y un tiempo que se manifiesta como el primer ciclo cerrado o la primera forma cerrada de la Geometría Sagrada. Es como el ciclo inicial que expresa el Génesis.

Esta relación de desplazamiento en el tiempo del radio/arco se ha expresado en términos matemáticos como Phi, que es la proporción de la circunferencia del círculo con su diametro. Se trata de un número trascendental o irracional (se verán los números irracionales más adelante), con un valor de 3,14159265. Para propósitos prácticos Phi = 3,1416.

Los números trascendentes son irracionales, pero no todo irracional es trascendente (por ejemplo raíz de 2). Es decir, trascendente implica irracional pero no al revés. El número Phi no sólo es irracional (no es igual a ninguna fracción o cociente de dos enteros) sino que además trascendente. No es algebraico, es decir no es solución de ninguna ecuación algebraica (=polinominal).



Fig. 6 El círculo


2.6.- El rayo y las seis direcciones.
Nuestra consciencia situada en el centro del espacio puede proyectarse en seis direcciones y por tanto seis rayos. Adelante y atrás, izquierda y derecha y arriba y bajo. Esto lo tenemos que visualizar en el espacio tridimensional (fig. 7). Cabe considerar que para los budistas estas direcciones del espacio pasan a ser diez.

Luego podemos trasladar esta imagen tridimensional a una de dos dimensiones o plana, logrando que estos seis rayos giren y completen el círculo (fig. 8), y a su vez den origen a seis puntos B sobre la circunferencia del círculo. Estos a su vez dan origen a los ejes del patrón de crecimiento de la creación.

Es así como la línea recta o el rayo (arquetipo masculino) en conjunto con la línea curva o arco (arquetipo femenino), dan origen al primer ciclo completo o Génesis que es simbolizado por el primer círculo (bidimensional) o esfera (tridimensional)




Fig. 7 Seis direcciones en el espacio




Fig. 8 Seis direcciones en el plano


2.7.- Primer movimiento. Dos círculos de radio común.
A partir de este círculo (o esfera), se insinúa el primer movimiento, que no hace otra cosa que duplicar esta figura arquetípica, dando origen al primer día después del Génesis. Este segundo círculo se desplaza haciendo centro donde el rayo intercepta el primer círculo originario (punto B).
Esta es la primera forma traslapada de la Geometría Sagrada, llamada “dos círculos con radio común” (fig.9).



Fig. 9 El primer día del Génesis. Dos círculos con radio común.





Fig. 10 Vesica Piscis.


2.8.- La Vesica Piscis.
Este primer movimiento o día del Génesis da origen a la segunda forma cerrada de la Geometría Sagrada: La Vesica Piscis, también conocida como “la vejiga del pez” o “mandorla” (fig. 10). Esta forma es como el útero o matriz del universo. A partir de ella se crean todas las formas que se desarrollan en el espacio.

A partir de esta imagen nacen dos nuevos puntos, el C y el D, los cuales se han concebido como los hijos mellizos de A y B.Esta figura también hay que imaginarla en tres dimensiones, en donde las dos esferas dan origen a esta nueva figura tridimensional que es como una pelota de rugby o zeppelín.

Por lo tanto podemos decir que este primer movimiento del Génesis da origen al patrón de la vida y de la luz, y por tanto a partir de este momento nuestros ojos pueden ver la creación.

2.9.- El segundo movimiento.
El segundo movimiento da origen a un tercer círculo o tercera esfera que representa el segundo día (fig. 11) después del Génesis. La relación de estas tres esferas o círculos dan origen a la estrella tetraédrica (fig. 12).



Fig. 11 El segundo día del Génesis.





Fig. 12 Estrella tetraédrica.


2.10.- El tercer movimiento.
Este da origen al cuarto círculo o esfera que representa el tercer día del Génesis (fig. 13). Si se observan detenidamente veremos que estos cuatro círculos contienen cinco Vesica Piscis y un pétalo central, el cual constituye otra de las figuras contenidas de la Geometría Sagrada (fig. 14).

Estos cuatro círculos son muy simbólicos ya que representan la esencia de la familia en el lenguaje de la Geometría Sagrada. Los círculos 1 y 2 son los padres, los 3 y 4 los hijos, y el corazón de la familia se nos presenta en forma de pétalo.




Fig 13. Tercer día del Génesis. Cuatro círculos y el pétalo central.





Fig. 14 Cinco Vesica Piscis y el pétalo central.


2.11.- El cuarto, quinto y sexto movimiento.
Dan origen, respectivamente al quinto, sexto y séptimo círculos o esferas, que a su vez simbolizan el cuarto, el quinto y el sexto día del Génesis (figs. 15, 16 y 17).








Fig. 15, 16 y 17: Cuarto, Quinto y Sexto día después del Génesis


3.- La Semilla de la Vida.
De esta forma, al completar el séptimo círculo, se completa el patrón del Génesis y el principio de la creación del universo. Es así como se da origen a lo que se conoce como La Semilla de la Vida (fig. 18); y a partir de esta se concibe el Tubo Toro (llamado simplemente Toro por los matemáticos) o Toroide (fig. 19). Esta es una figura tridimensional que es el resultado de rotar el patrón del Génesis en 360 grados alrededor del centro. Es una esfera que se curva hacia sí misma por arriba o por abajo. Se le suele comparar con una rosquilla, con el anillo de humo de un cigarro o con un neumático o un salvavidas. Pero al mismo tiempo se puede concebir con un orificio central infinitamente pequeño hacia el cual rotan los círculos componentes, como si fuera un toroide más cerrado (fig. 20).



Fig. 18 La semilla de la vida




Fig. 19 Toroide o Tubo Toro




Fig. 20 Toroide cerrado.


4.- El huevo de la vida.
A continuación de la semilla de la vida y patrón del Génesis, se produce una segunda rotación hacia el exterior de los seis círculos de esta. Esto se logra haciendo centro en los respectivos cruces de los seis círculos y trazando los próximos seis círculos del mismo tamaño que los anteriores (fig. 21). Luego se borran los primeros seis círculos y se obtiene la silueta del huevo de la vida (fig. 22).



Fig. 21 Construcción del huevo de la vida





Fig. 22 Silueta del huevo de la vida

El huevo de la vida da forma al embrión de la vida humana (a partir de la mórula inicial) y a la morfogenética del cuerpo. El cómo la existencia física de nuestros cuerpos se origina en el huevo de la vida es materia de un nuevo estudio. En todo caso su carácter embrionario y su forma circular se manifiesta como una cualidad de la geometría femenina, la cual revela las primeras formas geométricas masculinas de carácter angular y en base a tramos rectos. Estas son el cubo, el tetraedro y la estrella tetraédrica (fig. 23).







Fig. 23 Cubo, Tetraedro, Estrella tetraédrica


5.- La Flor de la Vida.
Si observamos la construcción del huevo de la vida (fig. 21) , veremos que hay seis puntos donde se cruzan tres círculos. Si hacemos centro en cada uno de ellos y trazamos sus respectivas circunferencias en el mismo tamaño que las anteriores, obtendremos una tercera rotación (fig. 24).



Fig. 24 Tercera rotación




Fig. 25 Siete círculos tangentes

Esta tercera rotación permite la construcción de la Flor de la Vida. Son seis círculos azules, seis verdes y seis rojos, más el verde central, que hacen un total de 19 círculos. Es muy importante observar que los seis círculos exteriores azules tocan tangencialmente al círculo verde central. Podemos reproducir esta figura si colocamos siete monedas iguales sobre una mesa (fig. 25).

Estos diecinueve círculos conforman una figura de una gran importancia en la Geometría Sagrada y ha estado presente en las más variadas civilizaciones desde tiempos inmemoriales. Siempre los diecinueve círculos, los cuales fueron rodeados por dos círculos mayores, son los que dieron forma a la Flor de la Vida (fig. 26). A esta altura nos damos cuenta que este patrón podría seguir hasta el infinito, sin embargo se detiene aquí.



Fig. 26 La Flor de la Vida


6.- El Fruto de la Vida.
Al observar este patrón vemos que en el perímetro externo de la figura se insinúan muchos círculos que están incompletos. Si nos aventuramos a completarlos y seguir con este patrón tendremos una cuarta rotación que nos permite continuar con los círculos tangentes hasta llegar a tener trece (fig. 27). Al aislarlos como si colocaramos, igual que lo hicimos antes, monedas del mismo tamaño en forma tangente sobre la mesa, tendremos el Fruto de la Vida (fig.28).



Fig. 27 Trece círculos tangentes.




Fig. 28 El Fruto de la Vida.


7.- El cubo Metatrón.
Hasta el momento hemos incursionado principalmente en un patrón femenino, en el cual se ha desplegado una gran cantidad de círculos, los cuales han arribado como una suerte de síntesis, al patrón llamado el Fruto de la Vida, conformado por trece círculos tangentes. Este patrón, en conjunto con el Huevo de la Vida y el Tubo Toro o Toroide conforman los tres patrones fundamentales de la existencia.

A estos patrones concebidos por círculos femeninos, se sobreponen líneas rectas masculinas: los sistemas informacionales de la creación.

Así como ocurriera con el Huevo de la Vida, el cual permitió la formación de algunas formas masculinas a partir del punto central de sus círculos, el Fruto de la Vida da origen, al unir los puntos centrales de sus círculos, al Cubo Metatrón, que es la contraparte masculina del Fruto de la Vida, utilizando la energía masculina de las líneas rectas que unen dichos centros, y es uno de los sistemas informativos esenciales de la creación. La correcta construcción del Cubo Metratón se logra trazando un círculo cuyo centro está en el centro del círculo central y su radio coincide con los centros de los círculos exteriores del fruto de la vida (círculo azul). Luego se traza un segundo círculo (verde) con el mismo centro que el azul pero con un radio que es igual al radio del círculo azul multiplicado por Phi de valor 0,6180339 (fig. 29).

Luego se traza una estrella tetraédrica haciendo crecer la interior hasta que sus vértices hagan contacto con el circulo interior (verde). Estos puntos indican el trazado que permitirá trazar correctamente el Cubo Metatrón completo, de modo de poder trazar las coordenadas que permiten construir la totalidad de los sólidos Platónicos, especialmente el dodecaedro y el icosaedro, como se expone en el punto. 8 Los sólidos Platónicos a continuación (fig. 30).



Fig. 29 Círculos para la construcción del Cubo Metatrón.




Fig. 30 Cubo Metatrón completo.

Este cubo debe su nombre al ángel Metatrón, el cual también es conocido como el primero y el último de los Arcángeles, y recibe diversas denominaciones como Canciller del Cielo, Ángel de la Alianza y Rey de los Ángeles. Su función celestial es la de supervisar la anotación de todos nuestros actos en el Libro de la Vida.

8.- Los sólidos Platónicos.
Los sólidos Platónicos son cinco estructuras espaciales que conforman volúmenes tridimensionales en los cuales todas sus caras son de la misma forma y del mismo tamaño y cuyos bordes o aristas tienen la misma longitud. Además todos los ángulos interiores son también del mismo tamaño. Por último, si inscribimos cada sólido Platónico en una esfera apropiada, todas las puntas tocarán la superficie de la esfera.

Estos sólidos fueron nominados luego que Platón los describiera en el 350 A.C. en su obra “El Timeo”. Han llegado a ser la base de la estructura de la vida orgánica y de las obras de creación humana. Las podemos encontrar en la vida animal y orgánica, en los minerales, en el sonido, en el lenguaje, en la música, en las artes plásticas, en la arquitectura, en las obras de ingeniería, etc.

Los cinco sólidos Platónicos son:

1. El tetraedro (fig. 31), cuyas caras son cuatro triángulos equiláteros iguales. De este poliedro se desprende la estrella tetraédrica, que no es otra cosa que dos tetraedros invertidos e intersectados (fig. 32).
2. El cubo o hexaedro (fig. 33), que es un poliedro cuyas caras son seis cuadrados iguales.
3. El octaedro (fig. 34), cuyas caras son ocho triángulos equiláteros iguales.
4. El dodecaedro (fig. 35), que es un poliedro de doce caras conformadas por doce pentágonos regulares.
5. El icosaedro (fig. 36), que tiene veinte caras conformadas por veinte triángulos equiláteros iguales.



Fig. 31 Tetraedro




Fig. 32 Estrella tetraédrica




Fig. 33 Cubo o hexaedro




Fig. 34 Octaedro




Fig. 35 Dodecaedro




Fig. 36 Icosaedro

Si observamos con detención cada uno de estos poliedros trazados en el cubo Metatrón veremos que tienen una versión igual pero más pequeña que se inscribe en los siete círculos tangentes interiores que se manifestaron en la tercera rotación (fig. 24 y fig. 25)

 9.- El árbol de la vida.
El Árbol de la Vida es el símbolo geométrico que se expresa como la base de la Cábala, que es el antiguo sistema místico del Judaismo. Cada uno de los vértices simboliza una sephirah, que a su vez representa un atributo de Dios (fig. 37). En esta figura se puede ver la perfecta relación existente entre el Árbol de la Vida y el patrón del Génesis manifestado en la semilla de la vida.




Fig. 37 El Arbol de la Vida


Los Sephiroth del Arbol de la Vida:

1. Kether (Corona)....................6. Tiphereth (Belleza)
2. Binah (Comprensión).............7. Hod (Gloria)
3. Kjokmah (Sabiduría)..............8. Netzach (Victoria)
4. Gueburah (Poder)..................9. Yesod (Fundación)
5. Kjesed (Misericordia).............10. Malkuth (Reino)

10.- La cuadratura del círculo.
Como hemos podido ver, el arco o línea curva representan el arquetipo femenino y el radio o línea recta el masculino. La forma cerrada primaria que construye el arco es el círculo, y en el caso de la línea recta es el cuadrado. Por otro lado el círculo ha sido la forma que se le ha asignado a los cielos y el cuadrado a la tierra. Desde muy antiguo se ha intentado equilibrar o unificar el cielo con la tierra, el espíritu con la materia, lo femenino con lo masculino, etc. En otras palabras, asimilar al máximo el perímetro del cuadrado con el del círculo y su circunferencia. Esto es lo que se conoce como la cuadratura del círculo.

Se trata de construir un cuadrado que tenga el mismo perímetro que un círculo dado. O bien la misma área que un círculo dado. Y resulta que no es posible construirlo usando sólo regla y compás.

Es una tarea que no ha sido fácil y es probable que la respuesta exacta todavía no haya podido encontrarse. La respuesta es que no es posible realizar la construcción con regla y compás, pero por supuesto, existe un cuadrado con la propiedad requerida. Una de las aproximaciones más precisas radica en concebir un cuadrado cuyo lado es igual al diámetro de la tierra (12.700 klm). Es decir, la tierra queda inscrita en un cuadrado de esta medida. En seguida se traza un círculo haciendo centro en el centro del cuadrado que contiene el círculo de la tierra y cuyo radio es igual a la suma del radio de la tierra (6.350 klm) más el radio de la luna, cuyo diámetro es 3.500 klm aproximadamente (1.750 klm), quedando el radio en cuestión en 8.100 klm (fig. 38)

Tenemos entonces el perímetro del cuadrado A-B-C-D:
12.700 x 4 = 50.800 klms.;
Y el perímetro de la circunferencia de radio R:
2 x Pi (3,1416) = 6,2832 x r (8100) = 50.894
Es decir habría un error de un 1,7 %



Fig. 38 Cuadratura del círculo.

Por otro lado el conocido dibujo de Leonardo da Vinci del hombre Vitruviano, construido en la superposición del círculo y el cuadrado, presenta una aproximación un poco más alejada que la anterior a la buscada cuadratura del círculo (fig. 39).

En este dibujo el cuadrado tiene como lado 7 unidades y el radio del círculo es de 4,2 unidades.

Por lo tanto:
Perimetro del cuadrado = 7U x 4 = 28 U
Perimetro de la circunferencia = 2 x pi (3,1416) = 6,2837 x r (4,2 U) = 26,4
Error = 5,7 %




Fig. 39 Hombre Vitruviano de Leonardo da Vinci.


Una tercera aproximación a la cuadratura del círculo se ha construido partiendo de cuatro círculos tangentes cuya suma de diámetros definen el lado del cuadrado que los contiene. Luego, haciendo centro en el cruce de las diagonales del cuadrado y con un radio que se integra al radio de los círculos interiores se traza un circulo exterior que se aproxima a la cuadratura del círculo pero que tampoco es exacta (fig. 40)



Fig. 40 Cuadratura del círculo sobre cuatro círculos tangentes


Perimetro cuadrado = 5 U x 4 = 20
Perimetro de la circunferencia = 2 x pi (3,1416) = 6,2832 x r ( 3 U) = 18,85
Error= 5,75%


11.- El eneagrama.
El eneagrama es un símbolo sagrado cuyos orígenes se han situado en hermandades Sufis y que fue presentado en Occidente por el maestro G. I. Gurdjieff. Este símbolo es una combinación de la Ley de Tres con la Ley de Siete o de la Octava. Sus significados pueden ser múltiples y su análisis requiere de un estudio aparte. En todo caso podemos mencionar que expresa la ley o patrón de evolución y organización de todos los fenómenos y procesos en los diversos planos de la creación. Si bien en esta ocasión sólo veremos el eneagrama como una imagen de dos dimensiones, es recomendable, al menos, imaginarlo como una esfera tridimensional por la cual circulan energías que transitan los nueve puntos repartidos regularmente en el círculo base. Es decir, se trata de un patrón dinámico.

En esta ocasión su construcción geométrica se ha realizado a partir del patrón llamado el fruto de la vida, partiendo de la extensión de la flor de la vida. Primero se han localizado tres ejes de dirección que dividen el patrón mencionado en tres partes iguales. Luego se han ubicado (en azul) los tres círculos exteriores en los extremos de los ejes (fig. 41).

En segunda instancia se ubican (en verde) los círculos tangentes a los azules y entre ellos, y en los centros de los círculos verdes se localizan los puntos que dividen cada uno de los tres tramos en tres sub tramos, quedando un total de nueve de ellos. Estos seis puntos son los que marcan el recorrido de la Ley de Siete. Luego, haciendo centro en el punto central del patrón, y radio en los centros de los círculos verdes, se traza la circunferencia (en rojo) que contiene el eneagrama (fig. 42)

Por último, en los puntos en que la circunferencia de color rojo corta los tres ejes de la fig. 41 se encuentran los tres vértices del triángulo equilátero, el tetraedro que marca los puntos 3, 6 y 9 que simbolizan la Ley de Tres. Por otro lado los puntos 1, 2, 4, 5, 7, y 8 son los que permiten la construcción de la Ley de Siete, cuyo recorrido sigue el orden de 1, 4, 2, 8, 5, 7 y de vuelta al 1.

Esta secuencia nace de la unidad (1) dividida por el total de etapas (7).
Del mismo modo, pero desfasado, resulta al dividir:
1:7 = 0,1428571
2:7 = 0,2857142
3:7 = 0,4285714
4:7 = 0,5714285
5:7 = 0,7142857
6:7 = 0,8571428




Fig. 41 Eneagrama etapa 1




Fig. 42 Eneagrama etapa 2




Fig 43. Eneagrama sobre el fruto de la vida.


El eneagrama es una figura que generalmente se concibe en dos dimensiones, sin embargo al hacerlo en tres dimensiones nos amplía considerablemente las proyecciones que sobre él tenemos (fig 44). En esta figura cada línea se transforma en un círculo y el triángulo conformado por los puntos 3, 6 y 9 se transforma en una pirámide.




Fig. 44 Eneagrama tridimensional, Espacial y volumétrico.


12.- La proporción y la razón matemática.
No cabe duda de que hay variadas definiciones de belleza y muchas de ellas concuerdan en que la belleza se logra cuando hay armonía en las proporciones. Para comprender el concepto de proporción es recomendable remontarse a los orígenes y recurrir a lo que entendían los griegos por proporción.

Entendían que la proporción es la igualdad entre dos razones, y la razón matemática se definió como el cociente de dos magnitudes homogéneas, entendiendo como cociente el resultado de la división de dos números.

La proporción es algo que encontramos en la naturaleza tanto como en la creación humana. Cuando éstas llegan a una cierta aproximación o equivalencia, es que se puede hablar de una razón matemática que se expresa en una proporción divina, sagrada y de alcances espirituales.Se trata de una proporción que, manifestándose en la naturaleza, es aprehendida y aplicada en obras humanas.

En realidad hay muchas proporciones o razones posibles, es un poco críptico hablar de “la” proporción. En todo caso, aquí proporción se utiliza como sinónimo de“razón”.

“Pero es imposible combinar dos cosas sin una tercera; es preciso que exista entre ellas un vínculo que las una. No hay mejor vínculo que el que hace de sí mismo y de las cosas que une un todo único e idéntico. Ahora bien, tal es la naturaleza de la proporción.”
Platón: Timeo.


“La Geometría tiene dos grandes tesoros: uno el Teorema de Pitágoras; el otro es la división de una línea en una proporción extrema y una media”
Kepler


“LA DIVINA PROPORCIÓN

A ti, maravillosa disciplina,
media, extrema razón de la hermosura,
que claramente acata la clausura
viva en la malla de tu ley divina.

A ti, cárcel feliz de la retina
áurea sección, celeste cuadratura,
misteriosa fontana de mesura
que el Universo armónico origina.

A ti, mar de los sueños angulares,
flor de las cinco formas regulares,
dodecaedro azul, arco sonoro.”

Rafael Alberti


13.- Números racionales, irracionales y trascendentes.
“Números Racionales : Es un número que puede ser expresado como la razón de dos números enteros, como 1/3 o 37/22. Todos los números que, cuando son representados en notación decimal, o bien se detienen luego de un número finito de dígitos o caen en un patrón repetitivo, son números racionales.”

“Números Irracionales: Un número irracional es aquel que no se puede representar como razón de dos números enteros, y en consecuencia no caen en un patrón repetitivo de ningún tipo cuando se expresan en notación decimal.”

“Números Trascendentales: Estos son ciertos tipos de números irracionales que se llaman números trascendentales. Al igual que los números irracionales , se definen por lo que no son (no son números racionales), sin embargo los números trascendentales se identifican como tal porque no son otro tipo de números, conocidos como números algebraicos.”

“Un número trascendental requiere de un número infinito de términos para ser definido con exactitud. Es una manera de pensar en Dios. Hay ecuaciones especiales para derivar a los números trascendentales donde los términos son cada vez más pequeños a medida que se avanza, de modo que se pueden ir agregando para alcanzar algún nivel de precisión requerido, pero el verdadero número no se puede lograr con exactitud.Esa es la belleza de los números trascendentales.”

Extractado del artículo “Why Sacred Geometry” from Mid – Atlantic.
www.bibliotecapleyades.net/geometria-sagrada

A lo largo de las más diversas civilizaciones y épocas, obras de variadas dimensiones y de profundo contenido han manifestado proporciones a partir de cinco razones matemáticas. Estas son expresadas en números irracionales, es decir que no pueden expresarse como una fracción y cuyo desarrollo decimal consta de infinitas cifras. Si bien estos números son infinitos (en realidad son números finitos y lo que es infinito es el largo de su desarrollo decimal), su equivalencia geométrica se acota en forma precisa. Podemos encontrarlos en obras que van desde las pagodas japonesas, los templos mayas, Stonehenge, las grandes pirámides egipcias, las catedrales góticas, por nombrar sólo algunas; han utilizado estas razones:

13.1.- Raiz cuadrada de dos y el cuadrado.
A partir de un cuadrado de lado 1, trazamos su diagonal la cual lo divide en dos triángulos rectángulos, lo que nos lleva a recurrir nuevamente a Pitágoras (fig. 45) y su cálculo de la hipotenusa.



Fig. 45 Raiz cuadrada de dos en el cuadrado.


13.2.- Raiz cuadrada de tres. El cuadrado extendido y la Vesica Piscis.
Al abatir el tramo AD de la fig. 45 se extiende el tramo AB de valor 1 al tramo AF de valor raiz cuadrada de dos, igual a 1,41421. Esto nos arroja un rectángulo de lado 1 y 1,41421, por lo tanto dos triángulos rectángulos con catetos de estos valores. Aplicamos Pitágoras para conocer el valor de la hipotenusa (fig. 46).

Luego, si trazamos dos círculos con radio común 1 AB, la intersección de éstos genera una Vesica Piscis cuyo lado menor ( AB) es 1.
El lado mayor ( CD) es igual a la raíz cuadrada de tres.
Al unir los vértices del lado mayor C y D con los vértices del lado menor A y B, se obtienen cuatro triángulos rectángulos, a los que, a través de Pitágoras, les podemos conocer el valor del cateto desconocido CE y ED; sumados éstos, nos dan el lado mayor CD de la Vesica Piscis (fig, 47).



Fig. 46 Raíz cuadrada de tres en rectángulo




Fig. 47 Raíz cuadrada de tres en Vesica Piscis


13.3.- Raiz cuadrada de cinco y el doble cuadrado.
La diagonal del doble cuadrado de lado 1 nos proporciona dos triángulos rectángulos de catetos 2 y 1 respectivamente. Aplicando Pitágoras obtenemos la dimensión de la hipotenusa y diagonal del doble cuadrado, que es raíz cuadrada de 5 (fig. 48).



Fig. 48 Raíz cuadrada de cinco en el doble cuadrado


13.4.- Phi (?) y la relación entre el perímetro de la circunferencia y su diámetro.
Uno de los misterios que más ha intrigado a la humanidad se relaciona con el círculo, aquella figura geométrica perfecta que representa el reino espiritual. Este radica en la imposibilidad de resolver con absoluta precisión cuál es la relación que existe entre el diámetro de un círculo y la longitud de su perímetro. Es decir, cuántas veces cabe el diámetro en el largo extendido del perímetro de la circunferencia.

Teniendo un círculo de diámetro 1 de modo que su radio intersepte al eje XY en el punto B, hacemos rodar el círculo en el sentido de los punteros del reloj hasta que el punto B del radio haya dado toda la vuelta e intercepte nuevamente el eje XY. De este modo habremos desplegado el perímetro total de la circunferencia. Esto sucede un poco más allá de haber avanzado tres veces el diámetro del círculo(fig. 49). Este largo se ha definido como Phi ? , con un valor de número irracional 3,14159……………



Fig. 49 El círculo y el número Phi


13.5.- PhiØ y la Proporción áurea.

¿Qué es la proporción áurea?

Es la división armónica de una recta en media y extrema razón. Es decir que el segmento menor, es al segmento mayor, como éste es a la totalidad de la recta.

Ya hemos trabajado con patrones estructurados con el círculo femenino y de éstos se han derivado nuevos patrones a los cuales se les ha sobrepuesto la línea recta masculina. En esta oportunidad trabajaremos con la línea recta en forma independiente, con la finalidad de incursionar en el concepto de la proporción, es decir de la relación entre las partes o magnitudes medibles. Esta relación proviene de cierta razón matemática, detrás de la cual se manifiesta la armonía del mundo que nos rodea. En este sentido debemos comprender que nos enfrentamos a una dimensión sensible de la existencia, más allá de un concepto de “perfección” abstracto.

Cuando hablamos de proporción, lo estamos haciendo respecto de dimensiones comparadas, por lo tanto de números. La comparación más básica que podemos hacer es relacionar un todo que dividimos en dos partes, lo cual nos arroja tres entidades: Parte a, parte b y una totalidad c. Esto lo aplicaremos a un segmento o línea recta entre los puntos A y B, que denominaremos tramo c, en el cual ubicaremos un punto C, que a su vez dividirá el tramo c en dos sub tramos a y b. La relación o proporción más evidente es que el punto C esté ubicado justo al medio del tramo AB, con lo cual tendríamos que a = b y logicamente a+b = c (fig. 50).

Las otras posibilidades son que a sea mayor que b, o que b sea mayor que a.



Fig. 50 Tramo dividido en dos


De acuerdo a Fra Luca Paccoli de Borgo, existe una proporción de origen divino en que la relación de las partes es: a es b como c es a a. En otras palabras que el tramo AB sea al tramo AC como el tramo AC es al tramo CB (fig.50). Es decir que el tramo completo sea al subtramo mayor como éste es al menor.

Una variante interesante es que usemos el punto C para “doblar” el segmento AB, como si fuera un vara de plomo y lo juntamos con otra igual, para formar un rectángulo. Uno se pregunta entonces, dónde habrá que doblar para que el rectángulo se vea lo más armónico posible… Si se hace el experimento con muchos sujetos, la mayoría opta por una forma de rectángulo cuya razón largo: ancho estará muy cerca de la razón áurea.

Solo hay un punto C que cumple con esta condición, que se manifiesta como la razón que expresa la igualdad a/b = a+b/a, que es lo mismo que a/b = c/a, o bien a2 = b (a+b). Esta proporción se reduce a un número que multiplicado por el tramo a me dará el tramo a+b que equivale al tramo c, donde ambos cumplen con la proporción o relación referida. Lo mismo si tomamos el tramo c y lo dividimos por el mismo número obtendremos el valor numérico del tramo a.

Este número es el llamado número áureo o número de oro o simplemente número Phi. Número que encontraremos presente en las bellas artes, en la arquitectura, en las plantas, en el cuerpo humano, en los animales y en todo el universo.

Construcción de la proporción áurea y obtención de Phi a partir del cuadrado y del rectángulo áureo.
Vamos a suponer un tramo a entre los puntos A y C como en la fig. 50. Le daremos al tramo a un valor de 2 unidades. A partir de este tramo se construye un cuadrado ACDE de lado a con valor 2. Acontinuación encontramos el punto medio del tramo AC, el cual queda dividido en dos subtramos de 1 unidad. Unimos este punto con el vértice D del cuadrado y con un compás hacemos centro en el mencionado punto medio y arco en D y lo abatimos sobre la prolongacion del tramo AC donde lo corta está el punto B. Ahora tenemos el tramo b entre los puntos C y B que queda en proporción áurea en relación al tramo a. A su vez esto permite construir el rectángulo áureo ABFE (fig. 51).



Fig. 51 Construcción rectángulo áureo a partir del cuadrado

El número Phi se obtiene a partir del triángulo rectángulo GCD. Según Pitágoras el cuadrado de la hipotenusa ( GD) es igual a la suma de los cuadrados de los catetos.
Es decir ( GD)2 = ( GC)2+( CD)2
Por lo tanto GD2 = 12 + 22 = 5
GD = ?5
El tramo GD, al abatirse sobre la extensión del tramo AC, se iguala al tramo GB. Entonces el tramo AB es igual al GB+AG, por lo tanto igual a?5+1, lo que se debe dividir por 2 para obtener Phi.
PhiØ = (V5+1):2 = 1,6180339……………..

14.- El pentágono y el triángulo áureos.
El pentágono regular da origen al triángulo áureo que es un triángulo isósceles con dos ángulos en la base que miden 72? y el ángulo opuesto 36?. A su vez, si la base del triángulo mide 1, sus otros dos lados están en proporción áurea y miden 1,6180339….. (fig. 52)



Fig. 52 Triángulo áureo




Fig. 53 Trazos en proporción áurea en la estrella de cinco puntas.


Luego el pentágono da origen a la estrella de cinco puntas, la que es considerada una figura de gran contenido simbólico. Con una punta hacia arriba se considera una protección contra el mal y al contrario, cuando se ubica con dos puntas hacia arriba, un signo del mal, considerado como la supremacía de la materia sobre el espíritu. Además todos sus trazos se encuentran en la proporción áurea. Esto se ve en las relaciones de los trazos A, B, C y D (fig. 53)

En seguida podemos observar la existencia de tres tamaños de triángulos áureos insertos en la estrella de cinco puntas que se inscribe en el pentágono áureo. Cada uno mantiene la misma relación áurea entre la base del triángulo y cada uno de sus otros dos lados (fig. 54).



Fig. 54 Tres tamaños de triángulos inscritos en el pentágono áureo.


15.- La serie Fibonacci y la proporción áurea.
Para comprender la serie Fibonacci debemos primero definir lo que se entiende por una serie numérica. Esto no es otra cosa que una sucesión progresiva de números que sigue un patrón definido en su evolución. Por ejemplo la sucesión de números naturales, de números pares, de números impares, de números primos, etc.

No está muy claro cuál es el patrón de los primos: en realidad parece aleatorio, y la sucesión de los primos contiene secuencias aritméticas arbitrariamente largas… (teoremas recientes de Terence Mao, “premio Nobel” en matemáticas, año 2006)

En el caso de la serie Fibonacci, se trata de una sucesión infinita de números naturales que parten de 0 y luego el1, para continuar con la suma de los dos anteriores. Por lo tanto0+1=1, en seguida se suman los dos últimos, es decir1+1=2, para seguir con1+2=3, a continuación2+3=5, luego 3+5=8 y así hasta el infinito.

Si bien esta serie numérica primero fue descubierta por matemáticos de la India como Gopala alrededor del año 1135 y luego Hemachandra en 1150, que investigaron los patrones rítmicos que se formaban con notas o sílabas, su real dimensión nos ha llegado, en occidente, desde que fuera descrita y explicada por Leonardo de Pisa, también llamado Leonardo Fibonacci, un matemático italiano del siglo XIII.

Leonardo de Pisa la describió con el fin de resolver un problema que planteaba la cría de conejos, tratando de encontrar el patrón rítmico de nacimiento de éstos.

Más adelante fue descrita también por el matemático alemán Johannes Kepler en el siglo XVI. Y luego el matemático escocés Robert Simpson en 1753 descubrió la relación de dos números sucesivos de la serie Fibonacci con la proporción áurea, detectando que mientras más progresan éstos, más se aproxima su cociente al número de oro o divina proporción (fig.55).



Fig. 55 Serie Fibonacci y la razón áurea

En la fig. 49 tomamos el número inicial 0+1 = al número siguiente que en este caso es 1 y al sumar el 1 inicial con el 1 siguiente tenemos2, al sumar ambos tenemos3, luego al sumar estos dos números, llegamos a5, enseguida a8, después a 13 y así sucesivamente hasta el infinito.

A continuación, si dividimos el número siguiente por el número inicial de cada línea de la serie de la fig. 49 partimos con1,0, luego 2,0 y así sucesivamente. Como los resultados de estas divisiones nos dan un número con infinitos decimales, por razones prácticas los limitaremos a siete decimales, y así encontramos que los resultados se van aproximando paulatinamente al número que hemos descrito como número áureo con siete decimales Phi Ø = 1,6180339, lo que se logra cuando se llega a la división6765 : 4181. De ahí en adelante las divisiones que siguen tendrán siempre los mismos primeros 7 decimales hasta el infinito. Si hacemos lo mismo con tres decimales, este número PhiØ = 1,618, se estabiliza a partir de la división233 : 144.

En realidad, para cualquier número de decimales que nos demos de antemano, se observa que la sucesión de los cocientes llega a coincidir en esos decimales con el número Phi.

Ahora bien, si hacemos las divisiones a la inversa, es decir el número inicial dividido por el siguiente, es decir si en lugar de dividir10946 : 6765 = 1,6180338, dividimos6765 : 10946 = 0,6180339. Esto es la proporción áurea a la inversa, es decir si el tramo mayor mide 1 unidad, el tramo áureo menor medirá0,6180339.

Esta serie numérica la podemos encontrar en numerosas manifestaciones de la naturaleza:
• La relación entre la cantidad de abejas macho y abejas hembra en un panal.
• La relación entre la distancia entre las espirales del interior espiralado de cualquier caracol (no sólo del nautilus)
• La relación entre los lados de una estrella de cinco puntas o estrella de David.
• La disposición de los pétalos de las flores (el papel del número áureo en la botánica recibe el nombre de Ley de Ludwig).
• La distancia entre las espirales de una piña.
• La relación con el cociente entre el número de espirales horarias y antihorarias de una flor de girasol o maravilla.
• Las relaciones entre muchas partes corporales de los humanos y los animales:
• La relación entre la altura de un ser humano y la altura de su ombligo.
• La relación entre la distancia del hombro a los dedos y la distancia del codo a los dedos.
• La relación entre la altura de la cadera y la altura de la rodilla.
• La relación entre las divisiones vertebrales.
• La relación entre las articulaciones de las manos y los pies.
Otro tanto ocurre con una gran cantidad de creaciones artísticas:
• Relaciones arquitectónicas en las Pirámides de Egipto.
• La relación entre las partes, el techo y las columnas del Partenón, en Atenas (s. V a. C.).
• En los violines, la ubicación de las efes (los “oídos”, u orificios en la tapa) se relaciona con el número áureo.
• El número áureo aparece en las relaciones entre altura y ancho de los objetos y personas que aparecen en las obras de Miguel Ángel, Durero y Da Vinci, entre otros.
• Las relaciones entre articulaciones en el hombre de Vitrubio y en otras obras de Leonardo da Vinci.*
• En las estructuras formales de las sonatas de Mozart, en la Quinta Sinfonía de Beethoven, en obras de Schubert y Débussy (estos compositores probablemente compusieron estas relaciones de manera inconsciente).
• Autores como Bártok, Messiaen, Stockhausen compusieron obras cuyas unidades formales se relacionan (a propósito) con el número áureo.

16.- La espiral áurea y la espiral Fibonacci.
La espiral es una de las figuras geométricas con mayor carga simbólica que se expresa en la geometría sagrada. Para comenzar estamos viviendo en una espiral, la galaxia. Esta figura que en teoría no tiene ni principio ni fin está presente en todo nuestro entorno natural, cultural y espiritual. Nuestro oído, con el que escuchamos, se desarrolla en forma de espiral, y también lo encontramos en los conos de los pinos, en algunos cuernos animales, en variadas plantas, en las conchas marinas, en el flujo natural del agua que se escurre por un desagüe, en el flujo de aire de los tornados y huracanes, simbolizando los ciclos de evolución de numerosos procesos, etc. Cada vuelta de la espiral representa un ciclo de evolución, ofreciendo una perspectiva cada vez más amplia e inclusiva. Si imaginamos la evolución como un patrón curvo, la espiral implica el concepto de crecimiento de esta evolución. En caso contrario si la curva vuelve al comienzo, nos encontramos atrapados en un proceso regresivo e involutivo.

Para los propósitos de configurar el tema de la geometría sagrada, distinguiremos dos tipos de espirales. Por un lado la espiral logarítmica (fig. 56), que es la que encontramos frecuentemente en la naturaleza y que se caracteriza por que sus brazos se incrementan en progresión geométrica. Luego está la espiral de Arquímedes (fig. 57), cuyos brazos lo hacen con distancias constantes.



Fig. 56 Espiral logarítmica




Fig. 57 Espiral de Arquímedes


Nos centraremos en la espiral logarítmica, cuya construcción se logra a partir del rectángulo áureo, cuyo lado menor es 1 y el mayor es 1,6180339 (fig. 58). Otra manera de hacerlo es a partir de la serie numérica Fibonacci aplicada a la diagonal de un cuadrado de lado 1 que crece en la secuencia de la serie Fibonacci: 1,1,2,3,5,8,13………. (fig. 59).



Fig. 58 Espiral áurea





Fig. 59 Espiral Fibonacci.

Ambas espirales, si bien al partir tienen un patrón de desarrollo diferente, a medida que van gradualmente creciendo y alejándose de su centro, comienza a desaparecer la diferencia y se igualan cada vez más. Es decir ocurre algo equivalente a lo que ocurre cuando crece la serie Fibonacci, aproximándose cada vez más al número áureo.

Por otro lado las espirales se dividen en femeninas y masculinas, lo que dice relación con los dos tipos de energías que las construyen. La espiral masculina se expresa a través de las diagonales de los cuadrados que van girando en 90°. Esto ocurre tanto en los cuadrados que dan origen al rectángulo áureo para la espiral áurea (fig.60), como en la trama de cuadrados que dan origen a la espiral Fibonacci (fig. 61).




Fig. 60 Espiral áurea masculina




Fig. 61 Espiral Fibonacci masculina


La espiral femenina se va construyendo con el arco que queda conformado entre los trazos de estas diagonales y los círculos cuyos radios son el lado de los cuadrados que definen dichas diagonales. (figs. 62 y 63).



Fig. 62 Espiral áureo femenina




Fig. 63 Espiral Fibonacci femenina


Uno de las manifestaciones más características y evidentes de la espiral áurea es la concha del nautilus (fig. 64).



Fig. 64 Nautilus y la espiral áurea


17.- La espiral, el triángulo y el pentágono áureos.
Otra manera de trazar la espiral áurea es a partir del triángulo áureo, con dos ángulos de 72°en la base y uno de 36°en el extremo opuesto que se genera en el pentágono regular. Utilizando líneas paralelas del trazado de dicho triángulo y del pentágono en el cual se inscribe (fig. 65), se logra construir un secuencia de triángulos áureos que permiten trazar los círculos con centros en los puntos A, B, C y D, y cuyos arcos conforman esta nueva espiral áurea (fig 66).



Fig. 65 Trazado para construir sobre triángulos áureos




Fig. 66 Espiral triángulos áureos


18.- Consideraciones finales.
A pesar de la extensión de este texto, hay que aclarar que cada uno de los temas que se han tocado son solamente el inicio. Se pueden profundizar y desarrollar mucho más allá de lo expuesto aquí.

• Lo sagrado puede considerarse como aquello que conecta al fenómeno individual con la creación toda y con su origen. En el caso de la geometría sagrada, se trata de un sistema simbólico específico que nos evidencia un universo (universo: una sola voz) construido con patrones semejantes desde lo más inmenso hasta lo más pequeño, desde lo global hasta lo más íntimo o personal, en una relación de completa correspondencia que nos llama a la reflexión.

• La Geometría es sagrada cuando expresa no sólo relaciones o proporciones físicas o abstractas, sino cuando expresa valores eternos referidos a la belleza, la verdad, o la incidencia de la luz sobre las formas (consciencia), en su danza de radio y arco.

• Es importante comprender que todos estos temas no sólo deben comprenderse e incrementar la información que tiene nuestro disco duro, sino que debe alcanzar la dimensión de un trabajo práctico. Es decir que partiendo de la información expuesta, se puede comenzar por armarse de un compás, una escuadra, lápiz y papel, e iniciar nuestra propia investigación que nos llevará a transitar por caminos insospechados.

• Todo lo que ha sido expuesto puede y debiera imaginarse en tres dimensiones, lo que lo potencia aún más el significado esencial de lo que hasta ahora se ha visto.

• La profundización de esta práctica en cuanto a trabajo de dibujo tiene el potencial de aproximarse a lo que es un proceso de meditación. Un buen ejemplo es el dibujo de los mandalas (fig. 67), que en algunas circunstancias y con una práctica apropiada son un buen medio de introspección e incluso de sanación, al ser instrumentos de re-ligazón entre lo general y lo particular.




Semilla de la vida...Tercer día del Génesis...Vesica Piscis





Flor de la vida...Cubo metatrón...Laberinto de Chartres





Rueda del desierto...Escudo amarillo...Montaña Sagrada


Fig. 67 Mandalas del artista Charles Gilchrist



Hernán Duval

Arquitecto y Pintor
hernanduval@gmail.com
www.duval.cl


19.- Bibliografía de referencia:
“Estética de las proporciones en la naturaleza y en las artes”.- Matila C. Ghyka. Ed. Poseidon. 1977
• “El número de oro” I y II.- Matila C. Ghyka. Ed. Poseidon. 1968
• “La Divina Proporción.- Luca Pacioli. Ed. Akal S.A. 1991.
• “Geometría Sagrada, Descifrando el código”.- Stephen Skinner. Ed. Gaia. 2007
• “Sacred Geometry”.- Miranda Lundy. Ed. Walker & Compny, New York. 1998
• “El antiguo secreto de la Flor de la Vida”.- Vol. 1 y 2, Drunvalo Melchizedek. Ed. Teohua, Mexico
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www.charlesgilchrist.com
www.georgehart.com

La Teoría Cuántica, una aproximación al universo probable

Es un conjunto de nuevas ideas que explican procesos incomprensibles para la física de los objetos


La Teoría Cuántica es uno de los pilares fundamentales de la Física actual. Recoge un conjunto de nuevas ideas introducidas a lo largo del primer tercio del siglo XX para dar explicación a procesos cuya comprensión se hallaba en conflicto con las concepciones físicas vigentes. Su marco de aplicación se limita, casi exclusivamente, a los niveles atómico, subatómico y nuclear, donde resulta totalmente imprescindible. Pero también lo es en otros ámbitos, como la electrónica, en la física de nuevos materiales, en la física de altas energías, en el diseño de instrumentación médica, en la criptografía y la computación cuánticas, y en la Cosmología teórica del Universo temprano. La Teoría Cuántica es una teoría netamente probabilista: describe la probabilidad de que un suceso dado acontezca en un momento determinado, sin especificar cuándo ocurrirá. A diferencia de lo que ocurre en la Física Clásica, en la Teoría Cuántica la probabilidad posee un valor objetivo esencial, y no se halla supeditada al estado de conocimiento del sujeto, sino que, en cierto modo, lo determina. Por Mario Toboso.



La Teoría Cuántica, una aproximación al universo probable
La Teoría Cuántica es uno de los pilares fundamentales de la Física actual. Se trata de una teoría que reúne un formalismo matemático y conceptual, y recoge un conjunto de nuevas ideas introducidas a lo largo del primer tercio del siglo XX, para dar explicación a procesos cuya comprensión se hallaba en conflicto con las concepciones físicas vigentes.

Las ideas que sustentan la Teoría Cuántica surgieron, pues, como alternativa al tratar de explicar el comportamiento de sistemas en los que el aparato conceptual de la Física Clásica se mostraba insuficiente. Es decir, una serie de observaciones empíricas cuya explicación no era abordable a través de los métodos existentes, propició la aparición de las nuevas ideas.

Hay que destacar el fuerte enfrentamiento que surgió entre las ideas de la Física Cuántica, y aquéllas válidas hasta entonces, digamos de la Física Clásica. Lo cual se agudiza aún más si se tiene en cuenta el notable éxito experimental que éstas habían mostrado a lo largo del siglo XIX, apoyándose básicamente en la mecánica de Newton y la teoría electromagnética de Maxwell (1865).

“Dos nubecillas”

Era tal el grado de satisfacción de la comunidad científica que algunos físicos, entre ellos uno de los más ilustres del siglo XIX, William Thompson (Lord Kelvin), llegó a afirmar:

Hoy día la Física forma, esencialmente, un conjunto perfectamente armonioso, ¡un conjunto prácticamente acabado! ... Aun quedan “dos nubecillas” que oscurecen el esplendor de este conjunto. La primera es el resultado negativo del experimento de Michelson-Morley. La segunda, las profundas discrepancias entre la experiencia y la Ley de Rayleigh-Jeans.

La disipación de la primera de esas “dos nubecillas” condujo a la creación de la Teoría Especial de la Relatividad por Einstein (1905), es decir, al hundimiento de los conceptos absolutos de espacio y tiempo, propios de la mecánica de Newton, y a la introducción del “relativismo” en la descripción física de la realidad. La segunda “nubecilla” descargó la tormenta de las primeras ideas cuánticas, debidas al físico alemán Max Planck (1900).

El origen de la Teoría Cuántica

¿Qué pretendía explicar, de manera tan poco afortunada, la Ley de Rayleigh-Jeans (1899)? Un fenómeno físico denominado radiación del cuerpo negro, es decir, el proceso que describe la interacción entre la materia y la radiación, el modo en que la materia intercambia energía, emitiéndola o absorbiéndola, con una fuente de radiación. Pero además de la Ley de Rayleigh-Jeans había otra ley, la Ley de Wien (1893), que pretendía también explicar el mismo fenómeno.

La Ley de Wien daba una explicación experimental correcta si la frecuencia de la radiación es alta, pero fallaba para frecuencias bajas. Por su parte, la Ley de Rayleigh-Jeans daba una explicación experimental correcta si la frecuencia de la radiación es baja, pero fallaba para frecuencias altas.

La frecuencia es una de las características que definen la radiación, y en general cualquier fenómeno en el que intervengan ondas. Puede interpretarse la frecuencia como el número de oscilaciones por unidad de tiempo. Toda la gama de posibles frecuencias para una radiación en la Naturaleza se hallan contenidas en el espectro electromagnético, el cual, según el valor de la frecuencia elegida determina un tipo u otro de radiación.

En 1900, Max Planck puso la primera piedra del edificio de la Teoría Cuántica. Postuló una ley (la Ley de Planck que explicaba de manera unificada la radiación del cuerpo negro, a través de todo el espectro de frecuencias.

La hipótesis de Planck

¿Qué aportaba la ley de Planck que no se hallase ya implícito en las leyes de Wien y de Rayleigh-Jeans? Un ingrediente tan importante como novedoso. Tanto que es el responsable de la primera gran crisis provocada por la Teoría Cuántica sobre el marco conceptual de la Física Clásica. Ésta suponía que el intercambio de energía entre la radiación y la materia ocurría a través de un proceso continuo, es decir, una radiación de frecuencia f podía ceder cualquier cantidad de energía al ser absorbida por la materia.

Lo que postuló Planck al introducir su ley es que la única manera de obtener una fórmula experimentalmente correcta exigía la novedosa y atrevida suposición de que dicho intercambio de energía debía suceder de una manera discontinua, es decir, a través de la emisión y absorción de cantidades discretas de energía, que hoy denominamos “quantums” de radiación. La cantidad de energía E propia de un quantum de radiación de frecuencia f se obtiene mediante la relación de Planck: E = h x f, siendo h la constante universal de Planck = 6’62 x 10 (expo-34) (unidades de “acción”).

Puede entenderse la relación de Planck diciendo que cualquier radiación de frecuencia f se comporta como una corriente de partículas, los quantums, cada una de ellas transportando una energía E = h x f, que pueden ser emitidas o absorbidas por la materia.

La hipótesis de Planck otorga un carácter corpuscular, material, a un fenómeno tradicionalmente ondulatorio, como la radiación. Pero lo que será más importante, supone el paso de una concepción continuista de la Naturaleza a una discontinuista, que se pone especialmente de manifiesto en el estudio de la estructura de los átomos, en los que los electrones sólo pueden tener un conjunto discreto y discontinuo de valores de energía.

La hipótesis de Planck quedó confirmada experimentalmente, no sólo en el proceso de radiación del cuerpo negro, a raíz de cuya explicación surgió, sino también en las explicaciones del efecto fotoeléctrico, debida a Einstein (1905), y del efecto Compton, debida a Arthur Compton (1923).

Marco de aplicación de la Teoría Cuántica

El marco de aplicación de la Teoría Cuántica se limita, casi exclusivamente, a los niveles atómico, subatómico y nuclear, donde resulta totalmente imprescindible. Pero también lo es en otros ámbitos, como la electrónica (en el diseño de transistores, microprocesadores y todo tipo de componentes electrónicos), en la física de nuevos materiales, (semiconductores y superconductores), en la física de altas energías, en el diseño de instrumentación médica (láseres, tomógrafos, etc.), en la criptografía y la computación cuánticas, y en la Cosmología teórica del Universo temprano. De manera que la Teoría Cuántica se extiende con éxito a contextos muy diferentes, lo que refuerza su validez.

Pero, ¿por qué falla la teoría clásica en su intento de explicar los fenómenos del micromundo? ¿No se trata al fin y al cabo de una simple diferencia de escalas entre lo grande y lo pequeño, relativa al tamaño de los sistemas? La respuesta es negativa. Pensemos que no siempre resulta posible modelar un mismo sistema a diferentes escalas para estudiar sus propiedades.

Para ver que la variación de escalas es un proceso con ciertas limitaciones intrínsecas, supongamos que queremos realizar estudios hidrodinámicos relativos al movimiento de corrientes marinas. En determinadas condiciones, podríamos realizar un modelo a escala lo suficientemente completo, que no dejase fuera factores esenciales del fenómeno. A efectos prácticos una reducción de escala puede resultar lo suficientemente descriptiva.

Pero si reducimos la escala de manera reiterada pasaremos sucesivamente por situaciones que se corresponderán en menor medida con el caso real. Hasta llegar finalmente a la propia esencia de la materia sometida a estudio, la molécula de agua, que obviamente no admite un tratamiento hidrodinámico, y habremos de acudir a otro tipo de teoría, una teoría de tipo molecular. Es decir, en las sucesivas reducciones de escala se han ido perdiendo efectos y procesos generados por el aglutinamiento de las moléculas.

De manera similar, puede pensarse que una de las razones por las que la Física Clásica no es aplicable a los fenómenos atómicos, es que hemos reducido la escala hasta llegar a un ámbito de la realidad “demasiado esencial” y se hace necesario, al igual que en el ejemplo anterior, un cambio de teoría. Y de hecho, así sucede: la Teoría Cuántica estudia los aspectos últimos de la substancia, los constituyentes más esenciales de la materia (las denominadas “partículas elementales”) y la propia naturaleza de la radiación.

Albert Einstein
Cuándo entra en juego la Teoría Cuántica

Debemos asumir, pues, el carácter absoluto de la pequeñez de los sistemas a los que se aplica la Teoría Cuántica. Es decir, la cualidad “pequeño” o “cuántico” deja de ser relativa al tamaño del sistema, y adquiere un carácter absoluto. Y ¿qué nos indica si un sistema debe ser considerado “pequeño”, y estudiado por medio de la Teoría Cuántica? Hay una “regla”, un “patrón de medida” que se encarga de esto, pero no se trata de una regla calibrada en unidades de longitud, sino en unidades de otra magnitud física importante denominada “acción”.

La acción es una magnitud física, al igual que lo son la longitud, el tiempo, la velocidad, la energía, la temperatura, la potencia, la corriente eléctrica, la fuerza, etc., aunque menos conocida. Y al igual que la temperatura indica la cualidad de frío o caliente del sistema, y la velocidad su cualidad de reposo o movimiento, la acción indica la cualidad de pequeño (cuántico) o grande (clásico) del sistema. Como la energía, o una longitud, todo sistema posee también una acción que lo caracteriza.

Esta acción característica, A, se obtiene de la siguiente multiplicación de magnitudes: A = P x L, donde P representa la cantidad de movimiento característica del sistema (el producto de su masa por su velocidad) y L su “longitud” característica. La unidad de esa “regla” que mencionábamos, con la que medimos la acción de los sistemas, es la constante de Planck, h. Si el valor de la acción característica del sistema es del orden de la constante de Planck deberemos utilizar necesariamente la Teoría Cuántica a la hora de estudiarlo.

Al contrario, si h es muy pequeña comparada con la acción típica del sistema podremos estudiarlo a través de los métodos de la teoría clásica. Es decir: Si A es del orden de h debemos estudiar el sistema según la Teoría Cuántica. Si A es mucho mayor que h, podemos estudiarlo por medio de la Física Clásica.

Dos ejemplos: partículas y planetas

Veamos dos ejemplos de acción característica en dos sistemas diferentes, aunque análogos:

1. El electrón orbitando en torno al núcleo en el nivel más bajo de energía del átomo de hidrógeno.

Vamos a calcular el orden de magnitud del producto P x L. P representa el producto de la masa del electrón por su velocidad orbital, esto es P = 10 (exp-31) (masa) x 10 (exp 6) (velocidad) = 10 (exp-25) (cantidad de movimiento). El valor característico de L corresponde al radio de la órbita, esto es, L = 10 (expo-10) (longitud). Realizamos ahora el producto P x L para hallar la magnitud de la “acción” característica asociada a este proceso: A1 = Px L = 10 (expo-25) x 10 (expo-10) = 10 (expo-35) (acción).

2. El planeta Júpiter orbitando en torno al Sol (consideramos la órbita circular, para simplificar).

Para este segundo ejemplo, realizamos cálculos análogos a los anteriores. Primeramente la cantidad de movimiento P, multiplicando la masa de Júpiter por su velocidad orbital: P = 10 (expo 26) (masa) x 10 (expo 4) (velocidad) = 10 (expo 30) (cantidad de movimiento). Igualmente, la longitud característica será la distancia orbital media: L = 10 (expo 11) (longitud). La magnitud de la acción característica en este segundo caso será: A2 = 10 (expo 30) x 10 (expo 11) = 10 (expo 41) (acción).

Si comparamos estos dos resultados con el orden de magnitud de la constante de Planck tenemos:

h = 10 (expo-34)
A1 = 10 (expo -35)
A2 = 10 (expo 41)

Vemos que para el caso 1 (electrón orbitando en un átomo de hidrógeno) la proximidad en los órdenes de magnitud sugiere un tratamiento cuántico del sistema, que debe estimarse como “pequeño” en el sentido que indicábamos anteriormente, en términos de la constante de Planck, considerada como “patrón” de medida. Al contrario, entre el caso 2 (Júpiter en órbita en torno al Sol) y la constante de Planck hay una diferencia de 75 órdenes de magnitud, lo que indica que el sistema es manifiestamente “grande”, medido en unidades de h, y no requiere un estudio basado en la Teoría Cuántica.

La constante de Planck tiene un valor muy, muy pequeño. Veámoslo explícitamente:

h = 0’ 000000000000000000000000000000000662 (unidades de acción)

El primer dígito diferente de cero aparece en la trigésimo cuarta cifra decimal. La pequeñez extrema de h provoca que no resulte fácil descubrir los aspectos cuánticos de la realidad, que permanecieron ocultos a la Física hasta el siglo XX. Allá donde no sea necesaria la Teoría Cuántica, la teoría clásica ofrece descripciones suficientemente exactas de los procesos, como en el caso del movimiento de los planetas, según acabamos de ver.

Breve cronología de la Teoría Cuántica

1900. “Hipótesis cuántica de Planck” (Premio Nobel de Física, 1918). Carácter corpuscular de la radiación.

1905. Einstein (Premio Nobel de Física, 1921) explica el “efecto fotoeléctrico” aplicando la hipótesis de Planck.

1911. Experimentos de Rutherford, que establecen el modelo planetario átomo, con núcleo (protones) y órbitas externas (electrones).

1913. Modelo atómico de Niels Bohr (Premio Nobel de Física, 1922). Tiene en cuenta los resultados de Rutherford, pero añade además la hipótesis cuántica de Planck. Una característica esencial del modelo de Bohr es que los electrones pueden ocupar sólo un conjunto discontinuo de órbitas y niveles de energía.

1923. Arthrur Comptom (Premio Nobel de Física, 1927) presenta una nueva verificación de la hipótesis de Planck, a través de la explicación del efecto que lleva su nombre.

1924. Hipótesis de De Broglie (Premio Nobel de Física, 1929). Asocia a cada partícula material una onda, de manera complementaria a cómo la hipótesis de Planck dota de propiedades corpusculares a la radiación.

1925. Werner Heisenberg (Premio Nobel de Física, 1932) plantea un formalismo matemático que permite calcular las magnitudes experimentales asociadas a los estados cuánticos.

1926. Erwin Schrödinger (Premio Nobel de Física, 1933) plantea la ecuación ondulatoria cuyas soluciones son las ondas postuladas teóricamente por De Broglie en 1924.

1927. V Congreso Solvay de Física, dedicado al tema “Electrones y fotones”. En él se produce el debate entre Einstein y Bohr, como defensores de posturas antagónicas, sobre los problemas interpretativos que plantea la Teoría Cuántica.

1928. Experimentos de difracción de partículas (electrones) que confirman la hipótesis de de Broglie, referente a las propiedades ondulatorias asociadas a las partículas. El fenómeno de difracción es propio de las ondas.

1932. Aparición del trabajo de fundamentación de la Teoría Cuántica elaborado por el matemático Jon von Neumann.

Aspectos esencialmente novedosos de la Teoría Cuántica

Los aspectos esencialmente novedosos (no clásicos) que se derivan de la Teoría Cuántica son:

a) Carácter corpuscular de la radiación (Hipótesis de Planck).

b) Aspecto ondulatorio de las partículas (Hipótesis de Broglie).

c) Existencia de magnitudes físicas cuyo espectro de valores es discontinuo. Por ejemplo los niveles de energía del átomo de hidrógeno (Modelo atómico de Bohr).

Implicaciones de a): carácter corpuscular de la radiación.

Tradicionalmente se había venido considerando la radiación como un fenómeno ondulatorio. Pero la hipótesis de Planck la considera como una corriente de partículas, “quantums”. ¿Qué naturaleza tiene, entonces, la radiación: ondulatoria o corpuscular? Las dos. Manifiesta un carácter marcadamente “dual”. Se trata de aspectos que dentro del formalismo cuántico no se excluyen, y se integran en el concepto de “quantum”.

El quantum de radiación puede manifestar propiedades tanto corpusculares como ondulatorias, según el valor de la frecuencia de la radiación. Para valores altos de la frecuencia (en la región gamma del espectro) predomina el carácter corpuscular. En tanto que para frecuencias bajas (en la región del espectro que describe las ondas de radio) predomina el aspecto ondulatorio.

Implicaciones de b): carácter ondulatorio de las partículas.

Se comprobó en experimentos de difracción de electrones y neutrones. Lo que ponen de manifiesto estos experimentos es que una clase de onda acompaña el movimiento de las partículas como responsable del fenómeno de difracción. De manera que nuevamente tenemos un ejemplo de dualidad entre las propiedades corpusculares y ondulatorias, asociadas en este caso a las partículas.

Pero la aparición del fenómeno ondulatorio no se produce únicamente a nivel microscópico, también se manifiesta para objetos macroscópicos, aunque en este caso la onda asociada tiene una longitud de onda tan pequeña que en la práctica es inapreciable y resulta imposible la realización de un experimento de difracción que la ponga de manifiesto.

Implicaciones de c): existencia de magnitudes físicas discontinuas.

Pone de manifiesto el carácter intrínsecamente discontinuo de la Naturaleza, lo que se evidencia, como ejemplo más notable, en el espectro de energía de los átomos. A partir de la existencia de estas discontinuidades energéticas se explica la estabilidad de la materia.

Dios no juega a los dados...
Un ejemplo concreto

Analicemos para el caso del átomo de hidrógeno, según el modelo de Bohr, cómo se conjugan estos tres supuestos cuánticos anteriores, a), b) y c). El átomo de hidrógeno se entiende como un sistema estable formado por un electrón y un protón. El electrón puede hallarse en un conjunto infinito, pero discontinuo de niveles de energía [supuesto c)].

Para pasar de un nivel a otro, el electrón debe absorber o emitir un quantum discreto de radiación [supuesto a)] cuya energía sea igual a la diferencia de energía entre esos niveles. Los niveles posibles de energía de los electrones se representan matemáticamente por funciones ondulatorias [supuesto b)], denominadas “funciones de estado”, que caracterizan el estado físico del electrón en el nivel de energía correspondiente.

Para conocer el valor experimental de cualquier propiedad referente a la partícula debe “preguntarse” a su función de estado asociada. Es decir, dicha función constituye un tipo de representación del estado físico, tal que el estado del electrón en el n-ésimo nivel de energía es descrito por la n-ésima función de estado.

La función de onda

La descripción más general del estado del electrón del átomo de hidrógeno viene dada por la “superposición” de diferentes funciones de estado. Tal superposición es conocida como “función de onda”. La superposición de estados posibles es típica de la Teoría Cuántica, y no se presenta en las descripciones basadas en la Física Clásica.

En esta última, los estados posibles nunca se superponen, sino que se muestran directamente como propiedades reales atribuibles al estado del sistema. Al contrario, especificar el estado del sistema en la Teoría Cuántica implica tomar en consideración la superposición de todos sus estados posibles. Las funciones de onda no son ondas asociadas a la propagación de ningún campo físico (eléctrico, magnético, etc.), sino representaciones que permiten caracterizar matemáticamente los estados de las partículas a que se asocian.

El físico alemán Max Born ofreció la primera interpretación física de las funciones de onda, según la cual el cuadrado de su amplitud es una medida de la probabilidad de hallar la partícula asociada en un determinado punto del espacio en un cierto instante. Aquí se manifiesta un hecho que se repetirá a lo largo del desarrollo de la Teoría Cuántica, y es la aparición de la probabilidad como componente esencial de la gran mayoría de los análisis.

La probabilidad en la Teoría Cuántica

La Teoría Cuántica es una teoría netamente probabilista. Nos habla de la probabilidad de que un suceso dado acontezca en un momento determinado, no de cuándo ocurrirá ciertamente el suceso en cuestión. La importancia de la probabilidad dentro de su formalismo supuso el punto principal de conflicto entre Einstein y Bohr en el V Congreso Solvay de Física de 1927.

Einstein argumentaba que la fuerte presencia de la probabilidad en la Teoría Cuántica hacía de ella una teoría incompleta reemplazable por una hipotética teoría mejor, carente de predicciones probabilistas, y por lo tanto determinista. Acuñó esta opinión en su ya famosa frase, “Dios no juega a los dados con el Universo”.

La postura de Einstein se basa en que el papel asignado a la probabilidad en la Teoría Cuántica es muy distinto del que desempeña en la Física Clásica. En ésta, la probabilidad se considera como una medida de la ignorancia del sujeto, por falta de información, sobre algunas propiedades del sistema sometido a estudio. Podríamos hablar, entonces, de un valor subjetivo de la probabilidad. Pero en la Teoría Cuántica la probabilidad posee un valor objetivo esencial, y no se halla supeditada al estado de conocimiento del sujeto, sino que, en cierto modo, lo determina.

En opinión de Einstein, habría que completar la Teoría Cuántica introduciendo en su formalismo un conjunto adicional de elementos de realidad (a los que se denominó “variables ocultas”), supuestamente obviados por la teoría, que al ser tenidos en cuenta aportarían la información faltante que convertiría sus predicciones probabilistas en predicciones deterministas.

El primer viaje en el tiempo tendrá lugar este siglo

Un nuevo modelo de máquina del tiempo basada en láser podría estar construida en 10 años


Un nuevo prototipo de máquina del tiempo que, en vez de objetos masivos, utiliza energía luminosa en forma de rayos láser para curvar el tiempo, ha sido ideada por el físico de la Universidad de Connecticut, Ronald Mallet. Ha utilizado ecuaciones basadas en las teorías de la relatividad de Einstein para observar la curvatura del tiempo a través de un rayo de luz circulante obtenido por medio de una disposición de espejos e instrumentos ópticos. Aunque su equipo aún necesita fondos para el proyecto, Mallett calcula que este método permitirá que el ser humano viaje en el tiempo quizá antes de un siglo. Por Mario Toboso.



Agujero de gusano. HSW.
Agujero de gusano. HSW.
En la teoría especial de la relatividad (1905), Einstein enunció que el intervalo de tiempo medido por un reloj depende de su estado de movimiento. Los relojes de dos sistemas de referencia que se muevan de manera diferente registrarán lapsos de tiempo distintos entre los mismos acontecimientos. Este efecto es conocido como “dilatación” del tiempo.

La dilatación del tiempo se hace realmente notable cuando el movimiento relativo de los sistemas de referencia en los que viajan los relojes implica velocidades cercanas a la velocidad de la luz (300.000 km/seg), de ahí que en la vida corriente no la percibamos directamente. A la velocidad de un avión, por ejemplo, la dilatación del tiempo se sitúa en el orden del “nanosegundo” (la milmillonésima fracción de un segundo), una cantidad muy pequeña para nosotros que, no obstante, ha llegado a ser registrada por relojes atómicos extremadamente precisos, confirmando así el enunciado de Einstein.

Si la velocidad proporciona una manera de distorsionar el tiempo, la gravedad es otra. En la teoría general de la relatividad (1916) Einstein predijo que la gravedad retarda igualmente el tiempo. En la superficie de una estrella de neutrones la gravedad adquiere tal intensidad que el tiempo se retrasa allí un 30 por ciento con respecto al tiempo medido en la Tierra. Un agujero negro representa la máxima distorsión posible del tiempo: en su superficie el tiempo, literalmente, se detiene.

La máquina del tiempo de Ronald Mallett

Diversos fenómenos físicos se han propuesto como métodos para viajar en el tiempo, pero ninguno de ellos (agujeros negros, agujeros de gusano o cuerdas cósmicas) parece fácilmente realizable, pues para llegar a distorsionar lo suficiente el espacio-tiempo requieren una cantidad de masa gravitatoria increíblemente grande. Como alternativa a estos métodos, Ronald Mallett, de la Universidad de Connecticut, basa su propuesta de máquina del tiempo en la famosa ecuación de Einstein, E=mc2, que establece la equivalencia entre masa y energía. Para curvar el tiempo, su dispositivo utiliza, en lugar de objetos masivos, energía luminosa, en la forma de haces de rayos láser.

Tal como ha explicado a PhysOrg, Mallett ha diseñado un experimento para determinar la existencia de lazos temporales en el que, por medio de una disposición de espejos e instrumentos ópticos, se produce un haz de luz circulante, cuya energía debería curvar el espacio a su alrededor.

De acuerdo con la teoría de la relatividad, la curvatura del espacio afecta igualmente al tiempo, de manera que éste se dilataría en las inmediaciones del haz de luz ofreciendo la posibilidad de observar ahí partículas inestables que contienen una especie de reloj interno: se desintegran en un “tiempo medio” de vida extremadamente breve, que se vería dilatado por efecto de la curvatura del espacio-tiempo, algo que no se observaría en regiones más alejadas del haz. La dilatación de su tiempo medio de vida significa que la partícula ha avanzado hacia el futuro a través de un lazo temporal.

Este efecto recuerda al que se estudia en los grandes aceleradores que impulsan las partículas subatómicas a velocidades cercanas a la de la luz. En concordancia con la relatividad especial de Einstein se observa experimentalmente que el tiempo medio de vida de las partículas inestables que se mueven rápidamente en los aceleradores se estira y su reloj interno transcurre más despacio, de manera que su tiempo medio de vida aumenta, favoreciendo así su detección.

El viaje humano en el tiempo

Cuándo los humanos seremos capaces de viajar en el tiempo depende en gran medida, dice Mallett, del éxito de estos experimentos con partículas, de la existencia de financiación para los mismos y del progreso de la tecnología. Confía en que el ser humano podrá viajar en el tiempo quizá antes de un siglo, ya que la posibilidad de viajar en el tiempo usando este método podría ser verificada en una década.

Mallett publicó su primera investigación sobre el viaje en el tiempo en el año 2000, y desde los años 70 ha investigado sobre gravedad cuántica, cosmología relativista y teorías “gauge” (la clase de teorías que permiten la unificación de interacciones físicas de diferente tipo, como la electricidad, el magnetismo o las interacciones nucleares débil y fuerte).

Como viajero del tiempo usted podría escoger, llegado el momento, entre viajar al futuro o al pasado. Viajar al futuro no entraña complicaciones teóricas, como hemos visto. Para quien hiciese un viaje de ida y vuelta a una velocidad cercana a la de la luz o atravesando un campo gravitatorio muy intenso, habría transcurrido menos tiempo que para quienes quedaron en el punto de partida. A su regreso a casa, el viajero encontraría todo lo que dejó y a su hermano gemelo mucho más envejecidos que él. El viaje hacia el pasado, por el contrario, plantea dificultades teóricas difíciles de afrontar, aunque la física no impide expresamente este segundo tipo de viaje: la teoría de la relatividad lo permite en ciertas configuraciones particulares del espacio-tiempo.

Otras lanzaderas temporales: agujeros de gusano

La propuesta de Ronald Mallett se añade a otras investigaciones sobre la posibilidad de viajar en el tiempo. A mediados de los años 80 el físico norteamericano Kip Thorne formuló un modelo para una máquina del tiempo, basado en el concepto de “agujero de gusano”, que encaja de manera natural en la teoría general de la relatividad, donde la gravedad no sólo distorsiona el tiempo, sino también el espacio. Lo mismo que un túnel que atraviesa una montaña ofrece un camino más corto que el que rodea la ladera, un agujero de gusano sería un camino menor entre dos puntos que la ruta que los une en el espacio ordinario. Los agujeros de gusano ofrecerían así un atajo entre puntos separados del espacio.

Posteriormente, el físico australiano Paul Davies explicó las dificultades tecnológicas asociadas a la fabricación de una de tales máquinas del tiempo. Una de las mayores es la creación del propio agujero de gusano. Para que el agujero se pudiese atravesar, debería contener “materia exótica”, es decir, materia generadora de antigravedad para combatir la tendencia natural de los cuerpos a colapsar sobre sí mismos. Thorne ha analizado soluciones de agujero de gusano consistentes con la física conocida, en las que el túnel se mantiene abierto mediante antigravedad cuántica, aunque no está claro que se pueda juntar tanta materia antigravitatoria como para estabilizar un agujero de gusano.

Podría suceder, no obstante, que el Universo contuviese ya estructuras de este tipo de manera natural, tal vez como reliquias del Big-Bang. O bien, podrían aparecer agujeros de gusano a escalas minúsculas, a la llamada “longitud de Planck”, unos 20 órdenes de magnitud menor que el núcleo atómico. En principio, cabría estabilizar un agujero de gusano tan diminuto mediante un impulso de energía, para después agrandarlo hasta una dimensión que permitiera su uso como máquina del tiempo.

Vacío y cuerdas cósmicas

El físico israelí Amos Ori asegura haber resuelto una de las mayores dificultades de las propuestas anteriores, al plantear un modelo que no necesita materia exótica, sino que utiliza el vacío existente en el espacio para viajar a través del tiempo. La ventaja principal del modelo de Ori es que sólo requiere materia normal frente a los modelos que demandan materia exótica y una ingeniería extraordinaria para recrear en el laboratorio las energías de los agujeros negros.

Un tipo de máquina del tiempo completamente diferente ha sido propuesto por Richard Gott, de la Univesidad de Princeton, haciendo uso de objetos conocidos como “cuerdas cósmicas”, estructuras que reflejan el entrelazamiento de los diversos campos cuánticos inmediatamente después del Big-Bang, y que debido a su dificultad para desenrollarse permanecerían todavía hoy como reliquias de la gran explosión. Aunque la búsqueda astronómica de estos objetos se ha mostrado hasta el momento poco concluyente, en sus análisis teóricos Gott ha mostrado que si dos cuerdas cósmicas paralelas infinitamente largas se alejasen a gran velocidad el espacio-tiempo se distorsionaría lo suficiente como para permitir líneas de universo que se curvasen en lazos hacia el pasado.

Paradojas

Si algún día se resuelven los problemas de ingeniería implicados en su construcción, la fabricación de una máquina del tiempo arrojará numerosas paradojas. La más famosa es la denominada “paradoja de la abuela”. Imaginemos que alguien viajase a su pasado y matase a su abuela. Como consecuencia, ese viajero nunca habría llegado a nacer. ¿Cómo, entonces, pudo viajar al pasado para perpetrar el homicidio?

La paradoja surge porque el estado actual del mundo está determinado por sus estados anteriores, de manera que cambiar uno de estos estados propaga incontroladamente efectos hacia el estado actual. El viajero del tiempo debería conformarse únicamente con formar parte del pasado, sin intentar cambiarlo. Si viaja al pasado y salva a una niña de ser asesinada, y esa niña llega a ser su abuela, el lazo causal es consistente y no paradójico, pues en este caso las acciones del viajero estarían ya incorporadas en la sucesión de acontecimientos que conduce del pasado al presente. La congruencia causal impone así restricciones a lo que el viajero del tiempo pueda hacer, pero no excluye la posibilidad misma del viaje.

La paradoja de la abuela es sólo una muestra de un conjunto de problemas asociados a la posibilidad del viaje en el tiempo, no sólo hacia el pasado. Imaginemos que un viajero se adelantase hacia el futuro y conociese los detalles del descubrimiento de la vacuna para una enfermedad actualmente incurable. Regresa después a su propio tiempo y comunica esos detalles a los investigadores, que finalmente logran desarrollar la misma vacuna que el viajero halló en su viaje hacia el futuro. La cuestión que se plantea aquí es: ¿de dónde provino la información para el descubrimiento de la vacuna? No del viajero del tiempo, que simplemente la encontró en su viaje, ni de los investigadores a quienes se la comunicó. La información, al parecer, no provino de ninguna parte…

Protección de la cronología

Tan profundos son los problemas físicos y filosóficos del viaje en el tiempo que Stephen Hawking, de la Universidad de Cambridge, ha propuesto una “hipótesis de protección de la cronología”, según la cual la naturaleza encontrará siempre un modo de impedir los lazos causales no consistentes.

Puesto que tales lazos no contradicen la propia teoría de la relatividad, la protección de la cronología necesitará alguna otra teoría que los impida, quizá la teoría cuántica. La resolución de esta cuestión tal vez deba esperar a que los físicos construyan una teoría unificada que incluya la relatividad general y la teoría cuántica.

La protección de la cronología es, por ahora, tan sólo una conjetura; por tanto, el viaje en el tiempo continúa siendo físicamente posible.


Mario Toboso es Doctor en Ciencias Físicas por la Universidad de Salamanca y miembro de la Cátedra Ciencia, Tecnología y Religión de la Universidad Pontificia Comillas. Editor del Blog Tempus de Tendencias21 y miembro del Consejo Editorial de nuestra revista.

 

Un modelo matemático revela el verdadero funcionamiento del reloj biológico

El ritmo del organismo depende de una compleja pauta de señales cerebrales


Un equipo de científicos norteamericanos y británicos ha identificado la pauta de señales cerebrales que hace que funcione el reloj biológico del organismo. El descubrimiento, que ha sido posible gracias a un modelo matemático con el que se ha decodificado dicha pauta, desmiente las teorías que hasta ahora se tenían sobre los ritmos circadianos, y podría ayudar a tratar problemas del sueño y otras enfermedades relacionadas con el reloj interno, como el cáncer o el Alzheimer. Por Yaiza Martínez.



Reloj biológico humano.Autor: YassineMrabet. Wikimedia Commons.
Matemáticos de la Universidad de Michigan (UM), en Estados Unidos, en colaboración con investigadores británicos de la Universidad de Manchester, afirman haber identificado la señal que el cerebro envía al resto del cuerpo para controlar los ritmos biológicos.

Según publica la UM en un comunicado, este descubrimiento podría desbancar la teoría hasta ahora imperante sobre el reloj interno de nuestro organismo.

El conocimiento acerca de cómo funciona el reloj biológico sería un paso esencial hacia la corrección de ciertos problemas del sueño, como el insomnio o el desajuste causado por los vuelos a lugares distantes (conocido como jet lag o disritmia circadiana).

Cronómetro del cuerpo

Por otro lado, comprender a fondo este funcionamiento ayudaría a tratar enfermedades influidas por el reloj interno, entre ellas, el cáncer, el Alzheimer o el trastorno bipolar, señala el autor de la investigación, el matemático de la UM, Daniel Forger .

Según Forger, “ahora que sabemos en qué consiste la señal (del reloj biológico) deberíamos ser capaces de cambiarla, con el fin de ayudar a las personas”.

El cronómetro principal del cuerpo se encuentra en una región central del cerebro llamada núcleo supraquiasmático o NSQ. Este núcleo regula los ritmos biológicos en intervalos regulares de tiempo del organismo, mediante la estimulación de la secreción de una hormona llamada melatonina por la epífisis o glándula pineal.

Se sabe que la destrucción de esta estructura provoca la ausencia completa de ritmos regulares en los mamíferos.

El núcleo supraquiasmático funciona de la siguiente forma: recibe información sobre la luz ambiental a través de los ojos, e interpreta esta información sobre el ciclo luz/oscuridad externo, enviando posteriormente señales a la glándula pineal o epífisis que segrega la melatonina. La secreción de melatonina es baja durante el día y aumenta durante la noche.

Modelo equivocado

Durante décadas, los científicos han creído que el ritmo con el que las células del NSQ emiten sus señales eléctricas (más rápido durante el día y más lento durante la noche), es lo que controla el ritmo y el tiempo de los procesos de todo el cuerpo.

El “metrónomo” de nuestro cerebro emite señales a ritmo más rápido durante el día, y a ritmo más lento durante la noche, y el cuerpo va ajustando sus ritmos cotidianos (los ritmos circadianos) en concordancia.

Esta idea, que ha prevalecido durante años, parece no ser cierta según las evidencias recopiladas por Forger y sus colaboradores. El viejo modelo explicativo estaría “completamente equivocado”, afirmó el científico.

Según él, el verdadero mecanismo es muy diferente de lo que hasta ahora se creía: la señal de ritmo enviada desde el NSQ estaría en realidad codificada en una compleja pauta de “pulsaciones”, a la que hasta ahora no se había prestado atención.

Forger afirma: “hemos desvelado el código del día circadiano y esa información podría tener un impacto tremendo en todo tipo de enfermedades afectadas por el reloj”.

Pauta de pulsaciones

El equipo de científicos recolectó datos sobre las pautas de pulsaciones de más de 400 células de NSQ de ratón. Posteriormente, conectaron los datos experimentales con un modelo matemático, que ayudó a probar y verificar la nueva teoría.

Aunque el trabajo experimental se hizo con ratones, Forger afirma que es probable que el mismo mecanismo opere en los humanos.

En los mamíferos, el NSQ contiene tanto células del reloj biológico (que expresan un gen llamado per1) como células ajenas a él. Durante años, los investigadores de la biología circadiana han registrado las señales eléctricas de una mezcla de los dos tipos de células. Esto ha llevado a una imagen equivocada del funcionamiento interno del reloj.

Forger y sus colaboradores fueron capaces de separar las células de reloj de las que no componen el reloj, centrándose en las que expresaban el gen per1. Luego registraron solamente las señales eléctricas producidas por las células de reloj. La pauta que emergió corresponde a las predicciones hechas por el modelo de Forger, es decir, supuso la demostración de esta nueva teoría.

Concretamente, los investigadores descubrieron que durante el día las células del NSQ que contienen el gen per1 mantienen un estado de excitación eléctrica, pero no hacen descargas. Las pulsaciones son realizadas, durante un breve periodo, al atardecer. Después, se mantienen en calma durante la noche, antes de otro que se produzca otro periodo de actividad, cerca del amanecer.

Esta pauta de pulsaciones es la señal, o código, que el cerebro envía al resto del cuerpo para que éste mantenga sus ritmos.

Otros avances

Daniel Forger lleva años investigando el reloj biológico. Para ello, el científico ha utilizado técnicas procedentes de diversos campos, incluidos el de la simulación informática, el de los modelos matemáticos o el del análisis matemático.

En esta línea, en junio de este mismo año Forger y otros investigadores fueron noticia por haber desarrollado un programa informático basado en un modelo matemático, que prescribía un régimen para evitar el jet lag.

El régimen, descrito en la revista PLoS Computational Biology consistía en la aplicación de exposición luminosa sincronizada. Un programa indicaba a los usuarios los momentos del día en que se debían aplicar luz brillante, para reducir los efectos de la disritmia circadiana.

 

¿Se equivocó Einstein después de todo? 


Un análisis de la luz proveniente de estrellas muy distantes sugiere que las galaxias muy lejanas tiran las unas de las otras con más fuerza de la que predice la Relatividad General de Einstein.

Por fin disponible en un archivo online de trabajos de física, el análisis (obra de la cosmóloga de la Universidad de Cornell, Rachel Bean) observa el modo en que las galaxias se atraen entre si con firmeza, a distancias de mil millones de años luz. La Relatividad General sugiere que la gravedad debería atraer la luz con la misma fuerza con la que atrae a otros materiales, pero los datos de la “inspección COSMOS” (el mayor estudio detallado del universo efectuado hasta la fecha) realizada por el Telescopio Espacial Hubble, sugieren que la gravedad atrae a la luz menos que a las estrellas.

“Estos resultados son un paso preliminar en el uso de los datos cosmológicos actuales como forma de someter a prueba a la gravedad en escalas muy grandes”, comenta Bean. “Necesitamos más datos, y ampliar el número de intervalos de tiempo a estudiar para ver si esto es real”.

“Ciertamente, puedo decir que ‘si’ tanto los análisis como los datos son sólidos, estos resultados son importantes y merecedores de atención”, comentó el Físico de Caltech Sean Carroll, quien habla sobre este análisis en su blogs Cosmic Variance. Carroll opina que: “la interpretación directa del resultado es que hay algo en la Relatividad General que no va bien; el espacio no se está curvando tanto como el tiempo”. El análisis descubre estadísticamente que la posibilidad de que esta anomalía gravitatoria sea un error es de solo el 2%, pero la cosmóloga Bean se muestra cauta y reclama que se realicen más trabajos para comprobar si esta es real.

Que la luz se doble menos que las galaxias bajo el empuje de la gravedad ofrecería una primera pista real sobre la misteriosa “energía oscura” que hace que las galaxias se alejen a un ritmo acelerado, opinan tanto Bean como Carroll. Observada por primera vez en estrellas explosionadas, la energía oscura continúa confundiendo a los cosmólogos, que esperaban descubrir que la gravedad en las galaxias solo tiraba de forma atractiva a las unas contra las otras, en vez de alejarlas a un ritmo acelerado. “Por supuesto, existen un buen número de chifladas teorías sobre si Einstein se equivocaba en esto o en lo otro”, comenta Carroll. “Pero verdaderamente, necesitamos comprobar sus predicciones enfrentándolas a datos reales (tal y como ha hecho Bean), para descubrir los límites de esta famosa teoría”.

Lo vi en el blog de Dan Vergano en el US Today. Ayer New Scientist también se hizo eco del análisis de Bean.

Conferencias

Conferencia impartida por el Prof. F. J. Rubia Vila en la Real Academia Nacional de Medicina – 24.V.2005


En otra ocasión en este mismo lugar expresé la opinión de que el cerebro nos engaña, lo que dio posteriormente lugar a la publicación de un libro con ese título. Quería decir que es una opinión cada vez más extendida de que el cerebro no es un órgano que esté preocupado con la especulación filosófica o con LA VERDAD o la REALIDAD, escritas en letras mayúsculas, sino que su principal tarea es garantizar la supervivencia del organismo que alberga ese cerebro. Esto explica por qué en ocasiones sufrimos estos engaños y por qué el cerebro cuando le falta información la suple con confabulaciones e invenciones generadas por él mismo.

Esta forma de pensar está adquiriendo cada vez más relevancia y corresponde a lo que se ha venido a llamar “constructivismo”, que es un concepto que se remonta al siglo XVIII y que fue acuñado por el filósofo napolitano Giambattista Vico. Vico escribía en 1710 lo siguiente: “si los sentidos son capacidades activas, de ahí se deduce que nosotros creamos los colores al ver, los gustos al gustar y los tonos al oír, así como el frío y el calor al tocar”. Otras raíces históricas son los trabajos de Comenius, Kant, Montessori y Piaget.

El verdadero núcleo de la postura constructivista es la opinión de que nuestro saber se genera por la construcción subjetiva e interna de las ideas y los conceptos. Con otras palabras, la realidad no la descubrimos objetivamente, sino que la inventamos subjetivamente. El constructivismo no niega la existencia de un mundo “ahí afuera”, más bien subraya que ese mundo sólo nos es accesible por la observación, pero siempre es un mundo interpretado sobre el que podemos entendernos de forma comunicativa. No existe, pues, la realidad objetiva que fuese accesible al entendimiento humano.

El representacionismo parte de la base de que en la consciencia existen sólo copias de la realidad objetiva y el solipsismo niega rotundamente incluso la existencia de una realidad externa. Aunque el constructivismo está más cerca de esta última posición, lo cierto es que afirma que el mundo externo existe, pero que no puede ser percibido de forma objetiva.

En este sentido los trabajos del biólogo y teórico del conocimiento chileno Humberto Maturana han sido decisivos. Maturana fue el que acuñó el término organización autopoyética, como característica diferencial entre los seres vivos y los inanimados. Esta forma de organización es autoorganizativa y cerrada estructuralmente. Los seres humanos tienen, para Maturana, sistemas autopoyéticos que no poseen entradas y salidas, las informaciones son creadas por el propio sistema y todas las interacciones con el entorno son exclusivamente de tipo energético. Incluso las percepciones más simples, como la visión o la audición, no son copias, sino construcciones individuales. Estas percepciones no tienen lugar en los órganos de los sentidos, sino en las regiones corticales que están en contacto funcional con ellos.

Tanto Humberto Maturana como Francisco Varela, otro chileno recientemente fallecido, describen la relación entre el entorno y el individuo como el acoplamiento estructural de la unidad y el entorno en el que se producen procesos de adaptación, que son la premisa para la supervivencia del organismo. Las perturbaciones son circunstancias en el entorno del organismo que provocan cambios de estado en sus estructuras. Estos desencadenantes no determinan la forma de reaccionar de las estructuras internas, sino que siempre determina la estructura interna del organismo cómo se reacciona ante esas perturbaciones. Los seres vivos son, pues, autónomos y determinan sus propias leyes. En consecuencia, no existe una relación de causa-efecto entre los estímulos del entorno y las estructuras cognitivas individuales.

Frente a la opinión de que el aprendizaje es un proceso de elaboración de informaciones que proceden del entorno, el conocimiento es para el constructivismo el resultado de una construcción individual y activa del aprendiz, ya que los conocimientos nuevos se construyen siempre en relación con él. En este proceso de aprendizaje juegan los pre-conocimientos, su orden, sus correcciones, ampliaciones y diferenciaciones, así como su integración, un papel decisivo.

El aprendizaje es una construcción individual, que está basada en la modificación apropiada de las estructuras cognitivas.

En realidad, lo que el constructivismo hace es deconstruir nuestra confianza en el mundo que nos rodea, en la realidad tal y como la vemos y la percibimos.

En 1978 tuvo lugar en San Francisco un Simposio con el tema “la construcción de las realidades”, en el que participaron especialistas en biología, sociología, ciencias políticas, lógica, lingüística, antropología y psicoterapia, y llegaron todos a la conclusión de que la teoría del conocimiento tradicional ya no podía mantenerse; por eso el constructivismo intenta responder, como teoría del saber, a las cuestiones tradicionales de la teoría del conocimiento.

El problema que plantea el constructivismo es, pues, el siguiente: si la realidad es construida por el cerebro, ¿tiene entonces una existencia real o no? La respuesta del constructivismo es que desde luego una realidad ontológica no existe. A cada sujeto sólo es accesible la propia realidad y más allá de ella es imposible conocer nada, por lo que nunca podremos conocer ni siquiera la realidad de otra persona, cuanto menos la REALIDAD en letras mayúsculas, que ya hemos dicho que no existe. Como dice Heinz von Foerster, nacido en Viena, pero asentado en Estados Unidos y que fue con Warren McCulloch, Norbert Wiener y John von Neumann, entre otros, fundadores de la cibernética, cito textualmente: “La objetividad es la alucinación de que la observaciones pueden realizarse sin observador”.

La idea de que a los hombres les está vedado el conocimiento de una verdad absoluta no es nada nuevo en la historia del pensamiento. Demócrito de Abdera en el siglo V a.C. ya había dicho que no podríamos saber cómo son las cosas en realidad. Y Jenófanes de Colofón, un siglo anterior, también expresó su creencia de que nunca íbamos a poseer un saber verdadero del mundo real.

Por tanto, lo nuevo del constructivismo, en palabras de Ernst von Glaserfeld, profesor emérito de psicología de la universidad de Georgia en Estados Unidos y representante del constructivismo radical, es lo siguiente: “La diferencia radical estriba en la relación entre el saber y la realidad. Mientras que la idea tradicional en la teoría del conocimiento como en la psicología cognitiva esta relación es siempre considerada como una más o menos coincidencia o correspondencia icónica, el constructivismo radical la ve como una adaptación en sentido funcional”.

El constructivismo se basa, entre otras cosas, en la obra del psicólogo suizo Jean Piaget, que creó y dirigió el Centro Internacional de Epistemología Genética. Sobre esta base, el constructivismo radical postula los siguientes principios fundamentales:
a) El conocimiento no se adquiere pasivamente, ni por los órganos de los sentidos ni por la comunicación b) El conocimiento se construye activamente por el sujeto pensante.
La función de la cognición es de naturaleza adaptativa, en sentido biológico, y tiene como meta el ajuste o la viabilidad. La cognición sirve para la organización del mundo vivencial del sujeto y no para el “conocimiento” de una realidad ontológica objetiva.

Hemos mencionado anteriormente a Ernst von Glaserfeld, que está considerado como el fundador del constructivismo radical. Este profesor de psicología llegó al constructivismo porque muy joven estuvo en contacto con diversas lenguas. Nacido en Munich, estuvo durante mucho tiempo en Irlanda, Italia y Estados Unidos. De este poliglotismo sacó la conclusión de que el acceso al mundo es distinto en cada idioma, confirmando la hipótesis de Sapir-Whorf que dice que la estructura del mundo se troquela con el lenguaje materno. Las personas ven y describen el mundo de acuerdo con el idioma materno y cada idioma significa un mundo conceptual diverso.

Ernst von Glaserfeld llega a la conclusión de que el significado de las palabras se construye sobre la base de la experiencia subjetiva. Esto lleva a comprender los problemas del entendimiento entre las personas. Si una persona le dice algo a otra, esta última no tiene la menor posibilidad de saber lo que pasa en la cabeza de la primera persona y no hay manera de constatar si la información que ha salido de la cabeza de la primera persona ha llegado fielmente a la cabeza de la segunda. Para von Glaserfeld lo que ocurre es que la segunda persona ha conseguido construir una red conceptual que se ajusta a mi opinión sobre la primera persona y no conduce a dificultades. De aquí concluye von Glaserfeld que Humberto Maturana tiene razón cuando dice que el lenguaje no comunica, sino que orienta. El lenguaje no es un medio de transporte sino que mediante él se puede limitar la construcción conceptual del oyente y dirigirla en una dirección deseada. Por eso han tenido tanto éxito las novelas radiofónicas porque el oyente puede dejar correr la fantasía y la creatividad a su gusto. Lo mismo ocurre al leer un libro porque así nos construimos la acción descrita con nuestras propias imágenes, de ahí la discrepancia que siempre existe entre la lectura del libro y la versión cinematográfica del mismo.

Respecto al concepto de adaptación biológica, Ernst von Glaserfeld se remite a Piaget quien había dicho que la función de la capacidad cognitiva no era la representación de una realidad ontológica, sino ser un instrumento de la adaptación al mundo de las vivencias. La adaptación biológica no tiene nada que ver con realizar copias de la realidad; adaptarse significa encontrar posibilidades y medios para pasar por las resistencias y obstáculos del mundo experimentado.

Desde otro punto de vista, desde la cibernética, otro representante del constructivismo radical es Heinz von Foerster, fallecido hace dos años en California y que fue durante muchos años director del Biological Computer Laboratory de Illinois. Nacido en Viena, estudió física en la Universidad Técnica de Viena y después de la Segunda Guerra Mundial se trasladó a Illinois. Quizás una buena definición de la cibernética la dio Gregory Bateson, un antropólogo y cibernético que está considerado como uno de los científicos sociales más importantes del siglo XX. Bateson dijo que la cibernética era una rama de las matemáticas que se ocupaba de los problemas del control, de la recursividad y de la información. También existen muchas otras definiciones de la cibernética, pero, según von Foerster, lo común a todas es el tema de la circularidad, principio este último que está en contra del principio de objetividad que dicta la separación del observador de lo observado.

Von Foerster dice al respecto lo siguiente: “si las propiedades del observador, es decir las propiedades de la observación y de la descripción se excluyen, no queda nada, ni la observación ni la descripción”.

En la cibernética de hoy es necesario tener en cuenta que se necesita un cerebro para escribir una teoría sobre el cerebro. De aquí se deduce que una teoría sobre el cerebro que tenga la pretensión de ser completa tiene que satisfacer al escritor de esa teoría, y lo que es más fascinante, es que el escritor de esa teoría tiene que rendirse cuenta a sí mismo. En el campo de la cibernética esto significa que en cuanto el cibernético entra en el terreno de la cibernética tiene que rendir cuenta de sus propias actividades, o sea que la cibernética se convierte en cibernética de la cibernética o en la cibernética de segundo orden.

Von Foerster insiste en que el entorno que percibimos es nuestra invención, y pone como ejemplo la mancha ciega del ojo. Lo que percibimos es un campo visual cerrado y coherente y en ninguna parte vemos un escotoma. Para reducirlo a una frase conocida: “No vemos que no vemos”.

Heinz von Foerster describe muchas situaciones en las que vemos u oímos lo que no está ahí o no vemos ni oímos lo que sí está. Esto se ve corroborado por el llamado “principio de la codificación indiferenciada” que dice que en los estados de actividad de una célula nerviosa no se codifica la naturaleza física del estímulo, sino su intensidad, es decir un “cuánto” en vez de un “qué”. El Prof. Gerhard Roth, director del Instituto de Investigaciones cerebrales de la Universidad de Bremen en Alemania lo expresa de la siguiente manera: “El cerebro puede ser estimulado por el entorno a través de los órganos de los sentidos, pero estas excitaciones no contienen informaciones importantes y fiables sobre ese entorno. Antes bien, el cerebro tiene que generar significados por comparación y combinación de sucesos sensoriales elementales y estos significados tienen que ser examinados de acuerdo con criterios internos. Estos son los sillares de la realidad. La realidad en la que estoy inmerso es, por tanto, una construcción del cerebro”.

Heinz von Foerster dice de las células sensoriales, sean del gusto, del tacto, olfativas, térmicas o auditivas que son ciegas para la cualidad de los estímulos y que sólo responden a la cantidad. Por eso no es de extrañar que “ahí afuera” no exista ni la luz ni el color, sino sólo ondas electromagnéticas; tampoco sonidos ni música, sino oscilaciones periódicas de la presión del aire; ni calor ni frío, sino sólo moléculas que se mueven con mayor o menor energía cinética. Y tampoco existe ahí afuera el dolor.

Las consecuencias del constructivismo para las ciencias cognitivas serían, de acuerdo con Hans Rudi Fischer, filósofo en Heidelberg, las siguientes:
La representación no es una copia del entorno en el aparato cognoscitivo, porque el acceso a ese entorno sólo se puede conseguir a través del sustrato neuronal, la representación del entorno está determinada por la estructura del sistema cognoscitivo y no por la estructura objetiva del entorno (determinismo estructural, autonomía de la organización cognoscitiva); el sistema cognoscitivo sólo interactúa con sus propios estados (recursividad, autoreferencialidad),
No penetra ninguna información desde afuera en el sistema, sino que la información se genera según el patrón de los determinantes del sistema y a partir de los datos que llegan de la superficie sensorial (perturbaciones); a esto se le llama un sistema cognoscitivo y semántico cerrado.
La dinámica representada en el sistema neuronal no es ningún conocimiento “objetivo” sobre el mundo exterior, sobre la realidad, sino depende de la estructura del aparato neuronal en el sujeto cognoscente.

Para un mejor entendimiento del constructivismo se suele utilizar un experimento que el psicólogo Alex Bavelas, de la Universidad de Stanford realizó hace años. A un sujeto experimental se le lee una larga serie de pares de números (por ejemplo, 31 y 80). Cada vez que se nombra un par, el sujeto tiene que indicar si esos números se corresponden de alguna manera o no. Cuando el sujeto pregunta enseguida en qué sentido deben corresponderse, el experimentador debe responder que la tarea consiste precisamente en encontrar las reglas de esa correspondencia. De esta manera se crea la impresión de que se trata de una tarea corriente de ensayo y error. El sujeto comienza en primer lugar a decir “se corresponden” o “no se corresponden” sin orden ni concierto y recibe del experimentador al principio casi siempre la respuesta “falso” como valoración. Pero poco a poco el rendimiento del sujeto mejora y la respuesta “verdadero” del experimentador son cada vez más numerosas. Así se forma una hipótesis que a lo largo del experimento no es completamente exacta, pero que cada vez parece más fiable.

Lo que el sujeto no sabe es que entre las respuestas y las reacciones del experimentador no existe la más mínima correspondencia inmediata. El experimentador da la respuesta “verdadero” siguiendo la mitad ascendente de una curva de Gauss, es decir, que primero lo hace raramente y luego con mayor y mayor frecuencia. Esto genera en el sujeto una idea de la “realidad” del orden que subyace a los pares de números, que es tan persistente que incluso es mantenida cuando el experimentador le explica al sujeto que sus reacciones no eran contingentes.

El sujeto ha inventado en el sentido literal de la palabra una realidad de la que sospecha con razón haberla encontrado él mismo. La causa de esa convicción es que la imagen así construida de la realidad se ajusta a los datos de la situación test, o lo que es lo mismo, que no está en contradicción con esos datos. Ahora bien, esa relación encontrada simplemente no existe.

En algún momento he hecho alusión a opiniones de neurocientíficos actuales que están de acuerdo con esta teoría del constructivismo. La neurociencia moderna está muy cerca de sus posturas y añade la importancia que tienen determinadas predisposiciones innatas que ordenan las señales sensoriales. Estoy convencido que muy pronto descubriremos totalmente la falsedad de la posición empirista de que el cerebro es una tabula rasa y asistiremos a descubrimientos que darán la razón a William James cuando decía que es absurdo que neguemos al ser humano la posesión de los instintos que le atribuimos a los demás animales; para James el ser humano tiene todos los instintos que tienen los demás animales y muchos más. Karmiloff-Smith lo expresa de la siguiente manera:
“¿Por qué habría dotado la Naturaleza a todas las especies excepto a la humana con algunas predisposiciones de ámbito específico?” Y todo esto sabiendo que nuestro cerebro y el de los demás mamíferos se rigen por los mismos principios.

Sabemos que las percepciones nos engañan. Y también sabemos que estas se elaboran en la corteza cerebral que es quien les atribuye un significado a los impulsos que llegan de los órganos de los sentidos. El pensamiento también es fruto de la actividad de la corteza. Entonces habría que preguntarse: ¿por qué nos fiamos de nuestros propios pensamientos? ¿No habría que aplicarles el mismo rasero que a nuestras percepciones?

Quisiera terminar diciendo que al haber encontrado en el cerebro zonas cuya estimulación genera experiencias que tradicionalmente hemos llamado espirituales, el problema del dualismo que divide a la mente y al cerebro atribuyendo a aquella una sustancialidad inmaterial, está cercano a ser resuelto. En mi opinión, la postura dualista no es otra cosa que la aplicación de una de esas predisposiciones innatas de las que antes hablaba al mundo que nos rodea, dividiéndolo en términos antitéticos. Las experiencias místicas, de las que el ser humano es también capaz, no son dualistas, por lo que nos hace pensar que la visión dualista es sólo la aplicación de una de esas predisposiciones innatas, pero que no es la única que el cerebro posee. La historia de la humanidad nos dice que la visión global, holística, espiritual, del mundo también es posible, por lo que la generalización del dualismo a todo el cerebro no es, a mi entender, permisible. La razón, la lógica, incluso el lenguaje, son anteojos dualistas con los que observamos el mundo y concluimos, equivocadamente, que el mundo es dualista. Si así fuera, no debería existir la otra forma no tanto de “comprender” el mundo, sino de “vivirlo emocionalmente”, de unirse místicamente con él, como se ha definido la experiencia espiritual de la que el cerebro también es capaz.

Así, la espiritualidad queda siendo de orden distinto, pero no de procedencia, es decir, de origen también cerebral. Como he dicho en otro lugar, esto significa que la espiritualidad es algo inherente al ser humano, pero no para volver a un dualismo cartesiano ya casi olvidado de cuerpo y espíritu o cerebro y mente, sino para fundir ambos conceptos en el propio cerebro.

 

El mito de la Caverna – Platón

El mito de la caverna es una explicación alegorica de Platón. Aparece en el VII libor de la Republica , en el que habla de el ser humano frente al conocimiento. Platón intenta explicar dos mundos: un mundo sensible (el mundo de los sentidos) y el mundo inteligible ( la razón).

Platón planteó en su alegoria una caverna con unos hombres prisioneros ,encadenados sin poder moverse y con la unica imagen de unas sombras reflejadas en la parez , producidas por gente de la superficie que porteaba figuras y el reflejo de ellas por una hogera .

Los cautivos en la cueva llegan a pensar que las sombras reflejadas son reales ,ya que es lo unico que conocen y han visto .

Si a un esclavo se le sacase de la caverna , tendria grandes dificultades para aconstumbrarse a la luz. En un principio tendria que covigarse en las sombras , posteriormente miraria los reflejos, luego podria diferenciar los objetos y más adelante podria contemplar la realidad en su totalidad, con el sol la idea del Bien .

Platón hace entrar de nuevo al preso en la caverna para contar a sus compañeros que viven en un mundo falso de sombras , estos no le creeran se reiran de el , le tomarán por un loco y seran capaces de matarle.

 El Orgone como un Arma de Auto-Defensa

Por Sherry Shriner
http://www.sherryshriner.com

 

Traducido por Raysa Cruz,  República Dominicana

 

     Trazos químicos, Armas de Microondas, Ondas de Extrema Baja Frecuencia (ELF), Psicotronic, Alienígenas, Demonios, los ataques en contra de la humanidad nunca se detienen.

      Cuando por primera vez empecé a buscar las formas de derribar las fortalezas del infierno y del Nuevo Orden Mundial, los cuales son casi sinónimos, el Dios Altísimo me dirigió hacia el Orgone. 

      ¿Qué es el Orgone?  Es un limpiador natural de la tierra, un sanador, y una fuente de energía positiva.  En los últimos días dice la Biblia que el pueblo de Dios hará proezas, y yo sé sin lugar a dudas que esta es una de ellas. 

      Orgone  es el nombre dado por Wilheim Reich a esta energía vital encontrada en la tierra.  Esta es también llamada "Ch'i",  o el “quinto elemento”.

       Esta energía existe, de una forma natural, bajo muchas diferentes formas.  Esta puede ser neutral (OR), positiva (POR) o negativa (DOR).

    Wilheim Reich hizo muchas investigaciones sobre las propiedades y comportamiento de la energía orgónica, en los 50’s.  El murió en la cárcel, después del gobierno haberle destruido su laboratorio y la mayoría de su trabajo porque ellos temían que el conocimiento de la verdad sobre la energía orgánica fuera revelada y expuesta.   

    Los trazos químicos, ondas electro-magnéticas (Haarp, torres de teléfonos celulares, etc.) ondas microondas, enfermedades son grandes ejemplos de la energía orgónica negativa “trabajando”.  Sin la energía orgónica negativa (DOR), estas tecnologías de muerte no pueden funcionar.  Sin DOR, sin energía negativa, el Nuevo Orden Mundial no puede operar!

    Usando dispositivos hechos con orgonite, es posible erradicar los trazos químicos de nuestros cielos, desactivar el H.A.A.R.P., GWEN, las torres de “teléfonos celulares” y otros programas de operaciones secretas, y al menos reestablecer el balance de la energía positiva mientras se sana la tierra.  

     Es también posible repeler los alienígenas (demonios) fuera de este planeta, destruir el así llamado Nuevo Orden Mundial y re-ganar nuestra humana soberanía sobre este planeta. 

     

    ¿Cómo es esto posible?  ¿Puede la solución realmente ser tan simple?  Bueno, sí! Orgonite es mas bien una nueva tecnología, y exactamente como esta trabaja es un misterio para nosotros, solo sabemos que trabaja.  El Orgone absorbe la energía negativa y la transforma en energía positiva enviándola de regreso a la atmósfera como energía positiva.  Y esta es fácil de hacer y crear. 

      Relativamente desconocido, el uso de Orgone está ganando reconocimiento por sus habilidades de pelear en contra y disipar a los trazos químicos.  Y también detiene los proyectos oscuros de ataques por medio de torres, tales como ELF (ataques con ondas extrema baja frecuencia) personalmente he notado que esto mantenía a los observadores remotos, alienígenas y demonios fuera de nuestra casa y patio.  He notado tormentas eléctricas moviéndose en el área que causaron estragos en otras áreas empezar a disiparse en el momento que se acerca a las áreas en las que he colocado Orgone. 

     El Orgone, hecho correctamente, aun tiene la habilidad de sofocar y asfixiar la maldad.  El mal no puede respirar donde hay Orgone.  No solo he visto la detención abrupta de entidades viniendo a o cerca de mi casa, sino que he hallado el uso del Orgone en los códigos de la Biblia también.  Descodifiqué Orgone y aprendí que es definitivamente un dispositivo de protección en estos últimos días y que necesitamos armarnos nosotros mismos o seremos vapuleados  y bajo ataque.   

     Seguro, que soy una creyente en Yahweh y reprendo la maldad, pero si estás cansado(a) de hacerlo durante todo el día tu eventualmente aprenderás como armarte a ti mismo(a) con la protección en contra de esto como El me enseñó a mi.  Esto lo mantendrá alejado de ti, para comenzar así que tú no tendrás que estar constantemente en guerra espiritual en contra del lado oscuro. 

     El Orgone se absorbe dentro de la atmósfera y puede disipar venenos de los químicos y mantenerlos fuera de tu área.  Y desde que los Anaceos están retornando a la tierra para conquistarla, esto servirá como un disuasivo para ellos también y los mantiene lejos de hacer de tu pueblo, ciudad, vecindario sus pisadas también.   

      Comúnmente referidos como reventador de torres, cambié el diseño inicial de éstos y como resultado encontré un uso mucho más efectivo para estos. Desde que la gente de la Nueva Era está tenazmente haciéndolos de la manera errada y usándolo para atraer la maldad, cambié el nombre de éstos para reflejar que simplemente no es el mismo producto, ni que produce el mismo efecto de la forma como hice los míos.  Sugeriré no solamente poner estos orgone reventadores alrededor de su patio, sino también en su vecindario, pueblo y ciudad también. 

     Si eres un patriota o cristiano y deseas pelear en contra de estos seres malvados que nos tienen como sus objetivos en estos últimos días, aun mas por venir, entonces involúcrate y comienza a hacer algo para protegerte a ti y a tu familia, tu vecindario y tu país.  Empieza a patearle el trasero al Nuevo Orden Mundial!  Todos estos oscuros secretos proyectos están designados para enfermarte y matarte.  En estos últimos días los trazos químicos se volverán mortales y  mas dirigidos para matar áreas enteras de poblaciones, y cuando el velo sea levantado y Satanás lanzado a la tierra (Apocalipsis12) sus armadas vendrán con él y ellos perseguirán a los cristianos y se enfocarán en los creyentes mientras ellos imponen la marca de la bestia, su numero y su nombre.   (Apocalipsis 13:17)

      Aún si no piensas que estarás aquí durante este tiempo tú podrás  dejar las áreas protegidas para que otros la encuentren.  Colocando Orgone Reventadores  cerca de cualquier torre anormal o de las de celulares ayudará a anular sus efectos y fortalezas en contra de la población.  Poniéndolos en zanjas o cunetas, bosques, arbustos, aun enterrados justo bajo la superficie dondequiera que pueda el orgone ayudar para absorber dentro de la atmósfera cerca de esta área y protegerla. 

¿Qué hacen los Orgone Reventadores?  

-Eliminan  toxinas, venenos y radiación proveniente del aire.

-Repele los trazos químicos (chemtrails) y mantiene los cielos claros.

-Mejora la respiración, ayuda a los asmáticos. 

-Promueve la salud natural, y te previene de agarrar cualquier virus de resfriado bajo el sol. 

-Destruye las malas tormentas antes de que llegue a tu área, enfría los tornados dirigidos a tu área. 

-Asfixia el mal, cerca de éstos orgone los alienígenas no pueden respirar y además los quema! 

-Mantiene entidades demoníacas fuera de tu casa y patio. 

-Anula los efectos de los fuertes mensajes subliminales de las torres del Nuevo Orden Mundial que están levantadas en todas partes. 

-Detienen los ataques ELF (Extrema Baja Frecuencia)

-Te ayuda a dormir mejor.

-Detiene los secuestros nocturnos mientras duermes. 

-Emite energía positiva, el mal no puede sostenerse cerca de éstos!

-Un arma defensiva de los últimos días para combatir los alienígenas y el Nuevo Orden Mundial. 

-Detiene los dolores de cabeza y la migraña, mejora toda la salud. 

-Aquellas áreas dotadas con Orgone sufrieron el menor daño con el Huracán Charlie.   

   Entierre estos en cada esquina de su patio para mantener las ondas ELF y otros controles mentales fuera de su hogar!  Sin mencionar además los indeseables demonios o alienígenas, elija usted el nombre! 

      También dota a tu área regalándole de éstos sembrados en la tierra, bajo los arbustos, árboles, en la maleza, zanjas,  cerca de las torres para desactivar los efectos dañinos de éstas.  Puedes aun enterrarlos cerca de las torres lo más cerca posible que puedas.  Mientras mas cerca puedas llegar dentro del 1/8 de milla de la torre la neutralizarás!

Algunas torres necesitan varios orgone reventadores para combatirlas.  Ponlos también en tus habitaciones, sobre tu monitor de computadora, sobre tu caja de cable TV. Un orgone de hogar de 5 oz.   son los mejores para estos lugares.  Pon uno en cada vehículo o carro, lleva uno pequeño contigo siempre en tu bolsillo.  Hay cantidades de lugares donde podrías ponerlos.  Detente de ser una víctima del Nuevo Orden Mundial y sus intenciones de control mental y de destrucción de la humanidad con sus trazos químicos causándoles enfermedades con éstas armas de alta tecnología.

 

     Protege tu casa de las Armas Silentes de Alta Tecnología! 

     Hoy muchas personas están entrando en la guerra secreta en contra de la Agenda del Nuevo Orden Mundial.  Los cristianos están siendo llamados a la guerra… el Señor nos ha dado mecanismos de defensa en el Orgonite para proteger nuestras casas, patios, vecindarios, condados, ciudades, estados y nuestro país.  Es un paso a la vez, una torre a la vez.  

   Tu participación puede ayudarnos a tomar nuestro país de vuelta de las manos de los Satanistas y de la gente del Nuevo Orden Mundial. 

¿Orar es Suficiente?

 

     La guerra espiritual no puede ser peleada sin oración.  El Señor nos ha armado con Sus armas de guerra para pelear en contra de todas las tácticas y estrategias del enemigo.   

     ¿Pero que pasa cuando es el hombre el que nos ataca?  ¿Es la oración suficiente entonces? Intimidación, acoso, persecución han siempre sido herramientas del diablo para usarlas en contra de los creyentes en Dios.  Y en éstos últimos días hemos visto armas de alta tecnología forjadas y prosperando en contra de los creyentes en Dios.  Pero ¿no dice la Biblia que ninguna arma forjada en contra nuestra prosperará?

Tomándolo en sentido espiritual es exactamente esto lo que significa.  Pero en un sentido físico, hay muchos de nosotros hoy en día sufriendo por las ondas ELF y otros tipos de ataques con armas de alta tecnología...  tu tomas medicinas, o no? para combatir la gripe y la enfermedades?  El Orgone es un sanador natural.  El Señor estuvo deteniéndolos por mí durante años hasta que me mostró la forma con que yo podría empezar a prevenir que me pasara.

     Para aquellos que han sufrido los efectos de los ataques con ondas ELF (Extrema Baja Frecuencia – Extreme Low Frecuencie, en inglés) ustedes saben lo doloroso que éstos puede llegar a ser, pero el hecho es que mientras tu oras pidiéndole a Dios que los detenga ya has tenido suficiente dolor e incomodidades.  Ahora podemos prevenirlos desde del principio!  El Señor me ha mostrado que el orgone ayudará a evitar que estos ataques ocurran. 

     Orgone es un sanador natural y hay varios links en este sitio de Internet: http://www.tearingdownstrongholds.com  donde podrás leer acerca del trabajo que Wilheim Reich hizo con esto.  Pero no solo es un sanador natural este también sirve para repeler la enfermedad  y la energía negativa.

     Y desde que Satanás es el rey de la maldad y de la energía negativa sus ataques vía el ámbito espiritual y físico son detenidas y vencidas con la energía positiva que crea el orgone. 

     Energía Positiva…energía Negativa…suena como lenguaje de Nueva Era hasta que te das cuenta de que Jesús habló acerca de las mismas cosas cada vez que El habló de Su gente siendo la luz del mundo (energía positiva) y Satanás ser de la oscuridad (energía negativa).  Yo también hablo acerca de esto en mi artículo sobre el pecado en mi Site:    http://www.sherryshriner.com/sin.htm  

     Para aquellos de ustedes quienes entienden el poder de la unción con aceite de sus casas para repeler los demonios de que entren en ésta, el Orgone trabaja de la misma manera y produce el mismo efecto de manera más fácil.  Por supuesto esto no reemplaza una unción de tu casa pero es una sabia herramienta secundaria para tener.  Esto trabaja como un repelente de la energía negativa por lo tanto manteniéndolo en tu casa, patios y trabajará en contra de la energía negativa emanada de las torres y la transformará en energía positiva de este modo anula los efectos de estas torres en tu contra.     

     Protege tu casa de ser saturada con los indeseados y sutiles mensajes de control mental provenientes de estas torres, protege tu hogar de los demonios o alienígenas caminando por tu patio en la noche, o de entrar a tu casa en la noche.  Protege tu hogar de los invasivos observadores remotos vía astral enviados a dañarte o a espiarte.  Protégete de las ondas ELF, EMP y otros tipos de ataques…y todo con un simple y natural producto llamado Orgone.  Y una vez tu veas el poder de este en tu casa, regálale a tu comunidad de éstos colocándolos alrededor del sector en lugares recónditos, mejor si los entierras, pero si no es posible tíralos dentro de una zanja donde pueda ser enterrado naturalmente con el lodo y el agua, o colócalo en un lugar oscuro donde no pueda ser encontrado.  Puedes proteger tu comunidad entera de los efectos dañinos de las torres y estamos encontrando (aquellos activamente regalando (colocando reventadores de torres) en áreas) que estas pequeñas creaciones de orgone están anulando los trazos químicos (chemtrails) también. 

     Los venenos en los trazos químicos (chemtrails) están enfermando a millones de personas al año y causando el incremento de cáncer y enfermedades entre la población.  Y estos trazos químicos están en todo el mundo y nadie los está deteniendo porque son parte de la Agenda del Nuevo Orden Mundial para despoblar la tierra.  Para de ser una victima de toda esta maldad y haz algo al respecto!!  

     El Señor nos ha mostrado que usar como tácticas de defensa contra el Nuevo Orden Mundial y el diablo y está levantando una armada de una persona a la vez  quienes se ayudarán a sí mismos y luego a sus comunidades.  Muchos hermanos ya están involucrados en su propia área.  Piensa en las vidas que estás salvando de la enfermedad, dolencias, control mental, y ataques de armas de alta tecnología.  Involúcrate. Haz algo para ayudar a derribar las fortalezas del Nuevo Orden Mundial y el diablo.   

   No te dejes esclavizar por ellos, y no seas tan tonto como para pensar que esto no te afectará, porque ya lo está haciendo, mientras manejas hacia la tienda mira esas torres erigidas en todas partes. 

  Involúcrate!! Haz tu parte para ayudarte y a aquellos que viven en tu área de ser afectados por estas torres!

 Busca al Señor y EL te guiará y te dirá donde ponerlos!!

  Comienza Hoy!!

     Puedes comprarlos en: http://www.orgoneblasters.com o puedes hacer los tuyos propios.   

    Actívate ahora y haz algo mientras aun puedas para ayudar a proteger este país del Nuevo Orden Mundial y la invasión alienígena.  Si no has leído mis artículos de la próxima invasión alienígena o del derrocamiento de Norteamérica hazlo ahora: 

 

Ingredientes:

Cristales de Cuarzo Transparentes - 1-2 pulgadas son los mejores para colocarlos dentro del coil, y yo pongo pequeños cristales alrededor de éste también.  Mientras más cristales más poder tendrá.  Si sólo tienes cristales pequeños pon 2 dentro del coil ( es decir, rollo de alambre de cobre calibre 18) y uno a cada lado de éste.   

Viruta de Metal – aluminio desmenuzado y cobre  o titanio desmenuzado y cobre.  Alrededor de 2/3 de aluminio o titanio por 1/3 de cobre.  Yo agrego centavos en el tope para adicionar poder al cobre.  Usar centavos de antes del 1983 es lo mejor.  Puedes ser creativo aquí.  Puedes obtener viruta de metal de las tiendas que las venden, o puedes cortar aluminio y cobre de los brilladores gruesos de ollas de cocinar que venden en los supermercados y tiendas.  Éstos son más fáciles de conseguir.  Córtalos en piezas de más de  ½ pulgada.

Alambre de Cobre – puedes obtener pequeños rollos de cobre en las ferreterías.  Calibre 18 o menor.  Corta cerca de 4 pulgadas y envuélvelas alrededor de dos dedos en el sentido de las manecillas del reloj y haz un rollo o coil.  Entonces sácalo de tus dedos y colócalo en el centro del molde.   

Resina – Yo uso la resina de fibra de vidrio de marca Bondo.  Es fácil de encontrar en cualquier tienda que vendan auto partes.  Aun Walmart en EUA la tiene.  Puedes comprar un cuarto de galón.  Viene con un pequeño tubo con líquido endurecedor.  Es más fácil mezclarlo todo de una vez que tratar de adivinar las cantidades apropiadas de resina y de endurecedor a ser mezclados. Puedes obtener 12 Orgone con los moldes de bizcochitos o muffins usando un cuarto de galón de resina.  No mezcles la resina hasta que estés listo(a) para verterla en los moldes.  La resina se seca muy rápido y puede espesarse y endurecerse si no la viertes inmediatamente la mezcles con el líquido endurecedor.  No mezcles la resina en un envase plástico porque se calienta mucho y se seca aún más rápido.  Para mezclar usa envases viejos o latas de aluminio.

Molde de 12 huecos de 3oz para hornear Muffin o bizcochitos.  Hay moldes de sólo 6 huecos, puedes usar dos moldes. 

Preparación:

Engrasa el molde con aceite vegetal.   

Para evitar que la resina se seque rápidamente primero agrega los ingredientes en cada hueco del molde y luego vierte la resina al final. 

      Si estás usando centavos de cobre colócalos primero en el centro del fondo de cada hueco, luego agrega algo de viruta de metal arriba de éste, luego coloca el coil o rollo de alambre de cobre que hiciste, coloca los cristales dentro y fuera del coil, luego agrega un poco mas  de viruta de metal encima y finalmente agrega la resina ya mezclada con el endurecedor hasta el borde de cada hueco.  (Si estas usando un galón de resina  recuerda preparar primero los huecos con todos los ingredientes como se indicó arriba, para que no se te seque y endurezca la resina rápidamente mientras estás preparando el molde).  Con un galón de resina puedes hacer de 36 a 48 Orgone.

      Para hacer el coil recuerda cortar varias pulgadas de 6 a 8” de alambre de cobre y envuélvelo alrededor de dos de tus dedos en el sentido de las manecillas del reloj, deslízalo fuera de tus dedos y colócalos en el centro del molde.  Coloca un poco de viruta de metal que preparaste y aferras de 1 a 2 cristales dentro del coil.  Mientras más flojo hagas el coil o rollo de alambre de cobre tendrá mas poder que los coils mas apretados. 

 Me gusta colocar cristales a ambos lados del coil.

Con los ingredientes llena hasta 1/3 del hueco del molde.

Vierte la resina mezclada encima.  Deja que la absorba, entonces vierte mas resina encima hasta que se llene.   

Déjala secar.  Probablemente alrededor de una hora.  Dependiendo del tipo de resina puede durar mas tiempo en secar.  Luego sácala del molde y déjala más tiempo para secar. 

Haz los orgone en un área bien ventilada, afuera o en un garaje.   

Si los envías por correo envuélvelos en papel de aluminio. 

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